Estamos sendo lembrados de que somos tão vulneráveis que, se cortarem nosso ar por alguns minutos, a gente morre. - Ailton Krenak
ISSN 1678-0701 · Volume XXI, Número 86 · Março-Maio/2024
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Educação
10/09/2018 (Nº 52) “DESTELLOS DE CONCIENCIA”
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Destellos de Conciencia

Ser conscientes de los detalles…

Así, comenzamos con los grandes cambios

 

Mandala: “Pulsando Vida” (E.M.S.B.)

 

Frase inspiradora:

"Vamos sonhar com um futuro positivo para agir de forma consistente e coerente!"

(Lara Lutzemberger)

 

En el silencio de mi universo interno se oye una música infinita que trasciende tiempo y distancias, que pone alas a mis sueños, guía mis pasos, me brinda respuestas, me muestra el camino… Es la melodía del corazón que vibra coherencia, armonía, perfección. En ese punto de Luz, donde se unen cuerpo, mente y corazón, justo allí… resplandece la Vida en continua expansión.

 

Cada mañana, cuando los sonidos van despertando, cuando el movimiento comienza y los ojos parpadean frente a la luz del día… ¿Cuál es el primer sentimiento que aparece en la conciencia, el primer color que descubren los ojos, la primera parte del cuerpo que se pone en acción…?


¿Alguna vez te detuviste a pensar... o mejor dicho, te preguntaste algo así cuando apenas pasabas del sueño a la vigilia?

 

Es interesante como preguntas simples como ésas, pueden poner en funcionamiento nuestra mente para crear estrategias, trazar caminos y diseñar proyectos, capaces de lograr aquellas transformaciones anheladas por el corazón…

 

Tal vez, las preguntas que guían nuestra observación hacia los pequeños detalles son las que, poco a poco, nos ayudan a encontrar grandes respuestas. Pero es necesario comenzar… por lo más pequeño!  Y aquí vamos!

 

Un día de nuestra vida, “con consciencia”

Para qué puede servirnos “ser conscientes”?

 

Para darnos cuenta de lo que sentimos, pensamos y hacemos, porque cuando esto ocurre, estamos…

* Despertando nuestra conciencia de su largo sueño

* Encendiendo una luz para reconocer nuestro “sendero con corazón” – que es nuestro camino con sentido -

* Expandiendo nuestra mente

* Ampliando el foco de nuestros pensamientos y el campo de nuestros sentidos

 

Y cuando “volvernos conscientes de lo más pequeño” se transforma en un ejercicio diario, en una rutina con disciplina, aprendemos a vivir en un contexto de espacio-tiempo en el que desaparecen la ansiedad, la prisa, las confusiones, las inquietudes, los arrebatos… y en el que le damos la bienvenida a la serenidad, la lucidez, las percepciones profundas… a la certeza de nuestras acciones.

 

Y porque un instante de conciencia es un punto de Luz en el que nuestro Ser puede manifestarse vibrando plenamente en su propia identidad.

 

Exploremos…

En la intimidad de nuestro día a día, sentimos, pensamos, hacemos. Pero…

Qué tan conscientes somos de esto?

Desactivemos nuestros automatismos para desarrollar conciencia.

 

Una propuesta:

Tomemos un papel y lápiz o sentémonos frente a nuestra notebook… Comencemos a escribir un detalle de los primeros sentimientos, pensamientos y acciones del día. Para comenzar, dejemos que fluyan en libertad, registremos sólo aquello que nos venga espontáneamente a nuestra memoria.

Luego, cuando percibamos que nuestra mente se queda callada, procuremos aprovechar ese silencio para abrir un nuevo espacio interior e iniciar una búsqueda más profunda (podemos preguntarnos, buscar imágenes, sentimientos, emociones… Seamos creativos pero sin “asistentes externos”)

 

Esto, que puede parecer una tontera, pone en acción pequeños mecanismos internos que van conectando datos e información, reconstruyendo nuestra memoria “consciente”. Tal vez, apenas sea un juego… pero el juego libera las barreras de nuestra mente finita y la amplía.

Los recursos lúdicos nos ayudan a recrear situaciones en las que nos permitimos representar otros roles y ver desde diversos ángulos, rompiendo patrones de pensamientos limitantes y descubriendo otras alternativas para “llegar a destino”.

 

Todo es cuestión, de experimentar; las experiencias, tal como ocurre en la ciencia, nos permiten hacer hallazgos…y a veces, se trata de grandes hallazgos!!!

 

La grandeza de lo pequeño

Es más fácil darnos cuenta de lo que tiene grandes dimensiones: las voces que hablan muy alto, los gritos, los desastres naturales, las catástrofes que involucran muchos seres, las guerras, la violencia interpersonal, lo estridente, los grandes dolores… Y también, las grandes alegrías, las carcajadas, las luces coloridas… En fin todo aquello que se expande visiblemente, sensiblemente…

 

Pero qué hay de lo pequeño? Qué hay de aquello que es más diminuto y silencioso, como una sonrisa, una mirada, un gesto chiquito? Qué hay de una abeja libando el néctar, una gota de rocío cayendo de una hoja, el murmullo del agua de un río, una voz cantando para dormir al bebé, la luz del cielo cuando el sol se va ocultando en el horizonte, las palabras dichas en voz baja y serenamente…

 

Lo macro sobresale a simple vista, se destaca por su volumen, por sus apariencias notorias, su ruido, su estridencia. Pero lo micro… aquello que es pequeño y diminuto necesita más “atención”; un “ojo más minucioso y consciente”, capaz de descubrirlo; un sentido “más sensible”, capaz de percibirlo… Deja de ser un fuerte estímulo que despierta reacción inmediata,  pero, cuando lo descubrimos, su poder aumenta considerablemente y alcanza las dimensiones de un estímulo que produce grandes efectos, como la expansión de la conciencia y las grandes transformaciones evolutivas, tanto personales como grupales.

 

Otra propuesta, Para explorar durante todo un día... o más.

Porque la capacidad de mirar, oír, sentir, pensar, hacer conscientemente se ejercita como ejercitamos el cuerpo en un gimnasio: práctica con disciplina.

Durante el día, hacemos infinidad de pequeñas acciones que pasan desapercibidas para nuestra conciencia; hacemos muchas cosas automáticamente y, para desarrollar la conciencia, necesitamos quebrar esos automatismos.

 

Aquí vamos con la experiencia…

Durante el día, desde que salimos del sueño hacia la vigilia, hay rutinas que seguimos sin darnos cuenta cómo las hacemos,  o cuál es su secuencia, o qué estímulos las preceden… Una práctica interesante es detenernos en algún momento para registrarlas. Es un producir un estado “interruptor” para poder “observar”.

 

¿Cómo lo hacemos? Deteniendo todo el movimiento; dejando de volar con el pensamiento, y esencialmente, ponernos a observar, sentir, percibir. Sólo es un instante, en que necesitemos para paramos, observamos y seguimos adelante; es algo así como en aquel juego de niños de las “estatuas”, en el que deteníamos el movimiento de golpe… Pero la diferencia en esta propuesta es que ese estatismo, lo usamos para darnos cuenta de procesos, de secuencias y para detener el automatismo.

 

Esos procesos, pueden ser una serie de acciones, o una secuencia de ideas, pensamientos o sentimientos, o de pensamientos seguidos de acciones, o de sentimientos seguidos de acciones…

 

Si este “estado interruptor” lo repetimos varias veces a lo largo del día, cuando nos vayamos a dormir, podremos registrar aquellas cosas que nos llamen la atención, o que despertaron curiosidad… ¿Cuáles han sido para vos?

 

Y si repetimos esta rutina a lo largo de un mes, día tras día, nuestro hábito de ser conscientes de lo que sentimos, pensamos y hacemos se irá fortaleciendo paulatinamente y así, lograremos menos conductas reactivas y más conductas pro-activas.

 

También, para activar nuestro hábito de “ser conscientes” en áreas específicas (convivencia, cuidado del medio ambiente, salud…) podemos hacer experiencias de este tipo en forma temática, vinculándolas con aquellos aspectos que estemos necesitando transformar, no sólo en lo personal, sino también a nivel grupal.

 

Entonces, trascendiendo lo individual, podemos ampliar nuestro campo de observación consciente y preguntarnos…

Frente a hechos cotidianos que nos involucran como parte de un grupo...

*¿Qué sucede en nuestro interior cuando somos observadores?

*¿Y cuando somos protagonistas?

*¿Qué sentimientos aparecen, qué pensamientos, qué actitudes…? ¿Qué hacemos?

 

Cada rol nos da una perspectiva diferente de los hechos… Y si juntamos ambas, la visión se completa.

 

Estas son “ideas-semillas”, cosechadas en mi propio sendero del día a día, con el anhelo que se transformen en “semillas-inspiración”…

Porque mi corazón me dice que, en este camino hacia un futuro lleno de luz, compartimos ideas, sentimientos, sueños para poder seguir tejiendo juntos la trama de la VIDA en infinita expansión.

 

Lic. Esther Mónica Shocron Benmuyal ~ Embajadora de Paz ~ 

“Semillas para la Vida” ~  Embajada de Paz ~

Distinciones otorgadas por Mil Milenios de Paz y Fundación Paz, Ecología y Arte

 

alaluzdelavida@gmail.com
http://alaluzdelavida.blogspot.com
 http://semillasluzparalavida.blogspot.com

 

 

 



Ilustrações: Silvana Santos