O conhecimento liberta, a ciência ilumina, informação salva vidas! – André Trigueiro
ISSN 1678-0701 · Volume XXII, Número 87 · Junho-Agosto/2024
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Educação
30/05/2024 (Nº 87) “SINTONIZANDO CON NUESTRA ESENCIA”
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Mandala “Sintonía Árbol de la Vida” (E.M.S.B.)

Sintonizando con nuestra esencia”

El mandala que elegí para acompañar esta edición, nace de un viaje hacia lo esencial, hacia las profundidades de mi universo interno.

Cuando lo contemplo, un sinfín de sentimientos, pensamientos y emociones se activan rápidamente en mi mundo interno dándome acceso directo a los niveles de consciencia en donde anidan la intuición y la sabiduría que me trasciende. Dibujarlo y darle vida mientras se iba revelando ante mis ojos, fue un viaje hacia mi propia sintonía con la vida misma, con mi esencia, con la luz de mi alma. Inicié un diálogo silencioso con las formas, los colores, sus vibraciones… Fue un llamado a deslizarme hacia las profundidades de mí misma, vibrando en red con todo, dándome cuenta cuánto disfruto de esos momentos en los que el silencio y la creatividad se encuentran para que las imágenes y las ideas comiencen a florecer y se muden, desde mí, hacia quién sabe qué lugar…

El “árbol de la vida” guarda en su esencia conocimientos y sabiduría que vibran en diferentes niveles de la conciencia; cuando entro en sintonía con su vibración, me voy descubriendo a través de su simbología y puedo hacer las analogías necesarias que me brindan información y guía para la vida cotidiana, contribuyendo a expandir mi conciencia.

Sintonizarnos con el árbol de la vida es sintonizarnos con nuestra propia esencia: somos su cuerpo, sus ramas, sus raíces; somos sus frutos y sus flores también.



Cuando un imprevisto nos lleva a cambiar el rumbo

Existen en la vida situaciones que nos involucran todo el tiempo, en diferentes contextos. Permanentemente el universo interno sostiene una “comunicación en red” con el universo externo y todo lo que acontece afuera, tiene sus réplicas internas.

Hechos inesperados son capaces de cambiar nuestro rumbo en apenas unos minutos, unas horas… y también, en algunos segundos; y nosotros, necesitamos estar preparados para esos cambios “fuera de programa”.

Factores climáticos, situaciones sociales, acontecimientos que desbordan nuestras fronteras próximas… todo forma parte de esa inmensa red viva en la que somos uno de sus nodos esenciales; esa red reúne mundos internos y mundos externos; reúne los micro y macro universos que permanentemente nos vinculan unos con otros y -a todos- con el entorno natural planetario.

Es por eso que decimos que “todo tiene que ver con todo”; que un hecho -aunque ocurra en la distancia- también puede influir sobre nuestra vida, más allá de lo que la dimensión espacio-tiempo pueda hacernos pensar o creer. Muchas veces, esa influencia es sutil, pero también es real y profunda aunque no lo percibamos inmediatamente.

Pareciera que esos “mundos internos-externos” cada vez profundizan más sus conexiones; la trama entre ellos cada vez es más fuerte; ese vínculo es tan estrecho que a veces hasta llegamos a preguntarnos si somos nosotros o es lo de “afuera”, lo que nos rodea. Y es por eso que necesitamos estar conscientes de esto para poder comprender, para poder recalibrar nuestra presencia en este contexto de la gran red vital que nos abraza y nos contiene; para poder transformar y renovar nuestro diseño humano personal y sustentar la vitalidad de “nuestro árbol de la vida” personal.

Nuestro “árbol de la vida” personal es como un mapa; es nuestro diseño espiritual donde anidan nuestros mundos internos, con sus centros de energía y conexiones con lo que nos trasciende. Ese “árbol del vida” tiene raíces, tronco, ramas y nuestro cuerpo –simbólicamente- está presente en ese diagrama y, así, se convierte también en un recurso para poder comprendernos y comprender también lo que nos trasciende.

Muchas veces ponemos el poder afuera… pero el verdadero poder está en nuestra esencia, en nuestro universo profundo y vital, con el cual es importante cultivar una comunicación cotidiana y consciente, para reconectarnos con ese poder que nos da la vida misma, que anida en nuestra esencia y nos sostiene en todo nuestro tránsito por esta vida planetaria.

Si hacemos un recorrido por nuestra vida, si activamos nuestro contacto consciente con la memoria de todos nuestros tiempos vividos, podremos darnos cuenta donde reside el verdadero poder de la vida… y es justamente, allí, en nuestra esencia.

Entonces… ¿qué hacemos para activar y fortalecer nuestra comunicación consciente con nosotros mismos? Recordemos que preguntarnos nos pone en movimiento y el movimiento nos pide inspiración y la inspiración alcanza a nuestra consciencia cuando decidimos estar disponibles para entrar en contacto con ella. Necesitamos “abrir” mente y corazón para poder activar esa conexión.

Los cambios que queremos ver hechos realidad comienzan en nuestro mundo interno y precisan de nuestra disponibilidad, nuestro anhelo del alma, nuestra voluntad y nuestra decisión, elementos que se transforman en un “equipo inseparable” -disponible y a nuestro alcance- para que nuestras decisiones sean acertadas y estén profundamente en sintonía con las fuerzas de la v ida.



¿Qué es estar disponibles?

Estar disponibles es estar abiertos para brindarnos y ofrecer nuestros dones; para tomar decisiones, fluir con los cambios y los imprevistos y para ser tejedores de la gran red vital que nos reúne en un todo mayor. Estar disponibles es reconocer que somos quienes somos porque otros son quienes son; es ser conscientes de la existencia de esta red vital que nos involucra y que ayudamos a sostener desde nuestra esencia. Estar disponibles es estar listos para el movimiento, para ir a la acción; es estar abiertos y ser parte de los cambios y transformaciones necesarios de la gran familia planetaria. Para estar disponibles necesitamos transformarnos en seres “conscientes y presentes” y para transformarnos en seres conscientes y presentes necesitamos ejercitar y afianzar nuestra atención plena, conocernos profundamente a nosotros mismos y reconectarnos conscientemente con nuestra esencia, con nuestra fuerza vital, dándonos cuenta de la conexión profunda que existe entre nuestro mundo interno y el mundo que nos rodea, nos abraza y nos incluye.



Todo tiene que ver con todo

Esa trama vital de la que todos somos parte genera permanentemente un campo electromagnético que vamos alimentando entre todos los seres vivos planetarios; es energía vibrando todo el tiempo.

Cada vez que nos expresamos, nos emocionamos, pensamos, sentimos, las energías que emanamos van modificando ese campo electromagnético, porque nuestras palabras, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras acciones lo van nutriendo y sustentando en su coherencia.

Cuando damos un abrazo, los corazones entran en una sintonía profunda generando un campo electromagnético común que nace de los campos electromagnéticos individuales, tal como lo explican las neurociencias. Esa retroalimentación de la energía que nace de un abrazo, también podemos experimentarla cuando hacemos algo juntos, cuando hacemos asistencia solidaria, cuando co-creamos, cuando entramos en empatía con los demás…

El “hacer juntos” fortalece los resultados de esa acción; por eso es tan importante ser conscientes de la fuente que genera una acción o varias acciones vinculadas entre sí, porque es esa fuente la que pondrá luz a los resultados finales o se la quitará.

Ser nuestra mejor versión en cada contexto, en cada circunstancia de la vida sin buscar imitar el modelo de otros, nos conecta una vez más con nuestra esencia y -por lo tanto- con la inspiración que dará coherencia a todo lo que hagamos.

Nos propongo crear nuestro propio diseño humano personal, conectados con la inspiración que se nutre de la fuente de luz de nuestra propia esencia y -desde allí- ir al encuentro de quienes se sientan en sintonía y perciban su impulso del alma para compartir, co-crear y –juntos- sembrar luz en la oscuridad.

Me gusta recordar este proverbio africano: “Si quieres llegar rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos ve acompañando.” Que este proverbio nos quede para la reflexión silenciosa de cada uno.



Los cambios personales posibilitan los cambios grupales

Percibo la importancia de recordar que cualquier cambio que queremos ver hecho realidad comienza con el cambio personal; si no cambiamos nosotros individualmente, difícilmente logremos cambios coherentes en lo social y grupal, incluyendo las dirigencias en todos los niveles. Y esto tiene que ver con esa trama sutil y viva que conecta los mundos internos con los mundos externos y con la totalidad mayor; esos campos electromagnéticos que se asocian, se multiplican y se recrean con cada interacción.

Lo vital está en constante movimiento, en constante cambio; los procesos de cambio son dinámicos y aferrarse a estructuras de pensamientos, ideologías estáticas o enquistadas dificultan e impiden la vitalidad de estos procesos. Necesitamos aprender a fluir cuando soplan vientos de cambio y encontrar esa luz en el camino en medio de las oscuridades, para que los cambios se sucedan a la luz de la inspiración.

La naturaleza emana perfección

¿Alguna vez prestaste atención a la perfección de nuestro cuerpo?

Esta misma pregunta me llevó a la observación de nuestro cuerpo físico por dentro y por fuera y en ese recorrido me dije: “¡qué maravilla su perfección!” Esas conexiones que sustentan nuestra movilidad, ese entramado de red eléctrica que sustenta el funcionamiento de todos los sistemas, esas redes de vasos comunicantes que conducen los líquidos por el interior de nuestro cuerpo, nuestra capacidad de sentir, nuestra sensorialidad… Realmente es una maravilla de la Creación!!!

Y aquí viene la pregunta: ¿por qué tenemos ese impulso de modificar la natural perfección, cuando ella puede ayudarnos a comprender la vida misma en todas sus manifestaciones? ¿Acaso la naturaleza está tratando de mostrarnos algo que nos trasciende?

Tal vez, es hora de hacer un instante de pausa para preguntarnos y encontrar respuestas, tan sólo haciendo un viaje hacia nuestro universo interno, hacia nuestras profundidades, para reconectarnos con nuestra esencia y con el sentido trascendente de la vida misma.



Esther Mónica Shocron Benmuyal

Embajadora de Paz

Distinción otorgada por Mil Milenios de Paz y Fundación Paz, Ecología y Arte

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Ilustrações: Silvana Santos