Estamos sendo lembrados de que somos tão vulneráveis que, se cortarem nosso ar por alguns minutos, a gente morre. - Ailton Krenak
ISSN 1678-0701 · Volume XXI, Número 86 · Março-Maio/2024
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Educação
08/12/2007 (Nº 22) Pequeños aprendizajes cotidianos: La Cocina de la Vida
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Educação Ambiental em Ação 22

Semillas para la Vida

Una propuesta educativa, una elección de vida

Educar desde la Esencia

Pequeños aprendizajes cotidianos

La Cocina de la Vida

.

Cocinar es un acto de amor, de creación y

de comunicación con la esencia de la vida

Cuando cocinamos, transformamos, creamos y somos alquimistas interactuando con todos los ingredientes que elegimos. El diálogo silencioso con cada uno de ellos nos brinda una dosis de sabiduría para que la usemos en nuestra comida cotidiana.

¿Para qué cocinamos?

Cocinamos para alimentar nuestro cuerpo; pero también al cocinar, el alma se expresa y el espíritu de la vida despliega su presencia en cada ingrediente.

Los procesos de alquimia en la cocina son un puente hacia nuestra espiritualidad creativa y este acto de transmutación nos conecta con la esencia que impregna todo lo tangible y lo no-tangible. De este modo transformamos la materia (una fruta, una legumbre, semillas, entre otros alimentos posibles) en energía vital.

Seamos cocineros de la vida, una propuesta para la experiencia personal

Imaginémonos en la cocina, preparando nuestro almuerzo o nuestra cena. Comencemos preparando el lugar. Cuidaremos el espacio en el que vamos a cocinar, procurando la higiene y el orden hasta en los mínimos detalles; nos despreocuparemos del reloj para asegurarnos estar “presentes” mientras cocinamos y evitaremos cualquier interrupción o interferencia.

Es importante nuestra presencia total y absoluta en el momento de cocinar, pues nuestra energía estará presente en la comida.

Luego, seleccionaremos los ingredientes de un modo diferente: primero, abriremos nuestro canal de comunicación con nuestro Ser Superior para vincularnos con ellos de esencia a esencia, dialogando como viejos amigos confidentes; así podremos elegirlos adecuadamente, de un modo equilibrado y de acuerdo con nuestras necesidades del día, que garanticen una comida saludable y nutritiva.

De este modo, también estamos honrando la vida, somos amor en acción y co-creadores responsables de salud, para nosotros y para quienes compartan nuestra comida cotidiana.

Atención!!! Abstenerse de cocinar cuando estamos de mal humor, enojados, tristes o con prisa; las emociones, sentimientos y energía de los pensamientos también la reciben los ingredientes que forman parte de nuestro almuerzo o cena.

Nosotros y los ingredientes: una relación de esencia a esencia

¿Cómo los seleccionaremos? ¿Qué tendremos en cuenta para hacerlo? Algunas ideas-guía para reflexionar

Observar, percibir, sensibilizarnos

a) Colores: Imaginemos una comida multicolor, pronta para ser saboreada. Percibamos el momento previo al primer bocado cuando estamos observando la comida. ¿Qué sensaciones corporales nos produce esa observación? ¿Qué sentimientos y emociones aparecen? ¿Qué actitud adoptamos?

b) Aromas (que emanan de cada ingrediente): ¿Somos capaces de distinguir su variedad? ¿sobresale alguno o algunos de ellos sobre los demás? ¿percibimos la armonía del nuevo aroma producido entre todos?

c) Sabores: aquéllos que forman parte de la identidad de cada ingrediente:

¿Somos capaces de darnos cuenta de su variedad y su sutileza? ¿Tenemos

preferencias?

d) ¿Frescos o en conservas?: ¿tenemos en cuenta los alimentos propios

de cada estación y ámbito geográfico? ¿Priorizamos los alimentos naturales o

los semi-elaborados o pre-cocidos?

e) Tipo de Actividad cotidiana y hábitat: ¿tenemos en cuenta nuestra

tipo actividad físico-intelectual cotidiana? ¿Consideramos el clima del medio

ambiente en que vivimos? ¿Y los frutos propios de nuestro hábitat

cotidiano?

También podríamos aventurarnos a indagar un poco más allá y agudizar nuestra percepción hasta captar las calidades de energías de cada ingrediente… Tal vez esto, requiera un entrenamiento adecuado, consciente y voluntad de nuestra parte para hacerlo y lograrlo; es un desafío que podemos aceptar.

Cada comida que tenga en cuenta los 5 sabores, los 5 aromas, las 5 energías, la variedad de colores armoniosos, el hábitat, el tipo de actividad que realizamos, las estaciones del año y nuestro estado personal del día, nos está indicando que existe un vínculo óptimo entre ella, nosotros y la vida.

La cocina de la vida tiene su ritual

Preparemos adecuadamente el ambiente interno:

Nosotros mismos, como cocineros de la vida, cuidaremos de nuestros estados internos y pensamientos. La higiene en la cocina, comienza por nuestra propia higiene mental y emocional, además de la de nuestras manos. La alegría, el gozo, la serenidad y la armonía de nuestras emociones y pensamientos son condiciones indispensables para desempeñar este rol. Tener en consideración el tiempo físico real del que disponemos para cocinar, también es otro ingrediente básico en la cocina de la vida, tanto para una simple ensalada como para el plato más elaborado.

Preparemos también el ambiente externo:

El ambiente externo será agradable, aireado, luminoso, organizado y libre de cualquier elemento perturbador para nuestro ritual de cocineros de la vida. Mantenerlo limpio mientras cocinamos evitará cualquier contaminación externa.

¿Qué hacen nuestras manos en la cocina?

Necesitamos manos limpias en todo momento, sin perfumes previos que alteren los aromas propios de nuestros alimentos, ni cremas suavizantes, ni sustancias químicas que viajen luego hacia la comida alterando su propia naturaleza.

Nuestras manos sostienen, pelan, cortan, amasan, testean y eligen. Son las que crean formas y tienen la posibilidad de sentir a través del tacto, reconocer texturas, consistencias, temperaturas, humedad o sequedad.

Nuestras manos cocineras son las mismas que acarician un rostro, otra mano, una fruta, una hoja, una raíz, un tallo; pueden ser cuenco para contener agua, semillas, un puñado de harina, azúcar o sal.

Son canal de la energía que impregna todo lo tangible y lo no-tangible. Ellas comunican, expresan, muestran y brindan.

Las manos cocineras también pueden descubrir melodías en las cuerdas de un violín, de una guitarra, en las teclas de un piano, en las notas al viento de un clarinete, de un saxo, un oboe o en las placas metálicas de algún xilofón.

Así como dan forma a la arcilla o al barro; pincelan colores en una tela o en un papel; dibujan alguna imagen que nos hace soñar con lo nuevo y lo distinto también siembran y cosechan, unen secreta y hábilmente los ingredientes, los transforman, los integran, le dan calor, energía y revelan luego, una obra de arte: el alimento nuestro de cada día.

Los 5 Elementos, una teoría milenaria

para tener en cuenta a la hora de cocinar

La Teoría de los 5 Elementos es la esencia de la medicina tradicional china. Considera que la energía en general está sometida a cambios constantes que podemos comprender observando atentamente la naturaleza, como los ciclos de las estaciones (primavera, verano, otoño e invierno), las etapas de un día, la transformación de nuestro cuerpo físico a lo largo de la vida o de una planta, desde la semilla hasta el fruto.

El movimiento y la transformación constantes forman parte del ritmo del Universo; la vida es ritmo y nosotros somos parte de él. En él, la energía se despliega hasta alcanzar su punto máximo y luego comienza a contraerse para volver a comenzar con su despliegue, generando nuevos ciclos continuos.

El comienzo del día, la primavera, el primer brote de una semilla, el nacimiento de un bebé, el amanecer corresponden al elemento madera, que representa la fuerza del árbol rompiendo la tierra en dirección al cielo. Es energía expansiva, fuerza ascendente que impulsa al desarrollo y al crecimiento.

El verano y el mediodía representan la juventud; es el momento de mayor expansión de la energía; apenas necesita movimiento interior para poder subsistir; corresponde al elemento fuego.

El otoño y el atardecer se relacionan con la senectud del ser humano, con el fruto maduro que cae, con la búsqueda de la relajación después del esfuerzo. Comienza a dominar la fuerza descendente y se inicia el ciclo energético correspondiente al elemento metal.

El invierno y la noche marcan final y principio; es el momento del sueño, la quietud, el ir hacia adentro de uno mismo; la muerte. En esta etapa el movimiento interior es muy grande; mientras que afuera, aparece la quietud casi absoluta, en la cual se está gestando la nueva primavera, el nuevo día. Es el niño en gestación y a la espera de nacer. Corresponde al elemento agua.

Los filósofos orientales consideran la existencia de un quinto momento llamado “DO-YO”; es la transición, el espacio/tiempo en el cual las energías están en un punto medio, así como ocurre entre el atardecer y la noche, entre el verano y el otoño y en el momento de la madurez del ser humano. Corresponde al elemento tierra.

Más allá del concepto cientificista “sólo creo lo que veo” existen procesos y hechos que pasan desapercibidos desde la concepción estática del mundo pero no desde la comprensión dinámica del Universo.

¿Cómo comprender el flujo de las energías y sus relaciones a través de la Teoría de los 5 elementos?

Este dinamismo de los 5 elementos se llama ciclo de apoyo o construcción; es un ciclo sin fin de forma permanente en el que cada uno de lo elementos da energía al siguiente; así, el agua da energía a la madera; la madera al fuego; el fuego a la tierra, la tierra al metal y el metal –de alguna manera- al agua.

Ciclo constructivo

Elemento agua: El ciclo constructivo en sentido vertical se inicia con la formación de los riñones que son compactos y luego el flujo energético forma la vejiga, que es una víscera hueca. En sentido horizontal en un proceso que va de adentro hacia fuera se forma el esqueleto, el cabello, las orejas, las suprarrenales, los ovarios y los testículos.

Elemento madera: la energía sale de la vejiga, se lentifica nuevamente forma un órgano denso y compacto, que es el hígado y luego el flujo se acelera dando lugar a la formación de la vesícula, que es hueca y llamamos víscera. En sentido horizontal, se van formando los músculos, las uñas y lo referente al sentido de la visa (ojos, esclerótica, iris).

Elemento fuego: Tiene dos facetas diferentes en el sentido de la energía. En la primera faceta (fuego originario), al salir de la vesícula, la energía se lentifica iniciando la primera faceta y origina el corazón. Luego se acelera para formar la víscera que es el intestino delgado. La segunda faceta (fuego secundario) al dejar el intestino delgado, nuevamente la energía se hace lenta formando un órgano conocido en la medicina oriental como gobernador del corazón; otra vez se lentifica y genera el llamado “triple calentador”. El gobernador del corazón y el triple calentador representan lo que para nosotros son el sistema circulatorio y el sistema nervioso (aunque no sean estrictamente idénticos).

Elemento tierra: La energía tiende ahora a concentrarse mucho más y a volverse más lenta para formar el páncreas y el bazo y luego, al acelerarse, genera el estómago. En sentido horizontal da origen a la formación del tejido conjuntivo y de los órganos del sentido del gusto.

Elemento metal: La energía entra en la etapa final del ciclo, formando primero los pulmones y cuando se dinamiza, el intestino grueso. En sentido horizontal se forma la piel y el vello.

Ciclo de Construcción

Diagrama de ciclo

Cuando este ciclo se rompe se origina el ciclo de destrucción. Esto ocurre cuando alguno de los elementos se encuentra en exceso e impide la regulación de la energía del elemento que le sigue, generando bloqueos que destruyen la energía del elemento siguiente. Por ejemplo: el exceso de agua apaga el fuego; el exceso de fuego funde el metal; el exceso de metal corta la madera; la sobrecarga de la madera rompe la tierra, el exceso de tierra detiene el agua.

Ciclo destructivo:

En este ciclo podremos observar las relaciones entre los cinco elementos en cuanto a su aspecto destructivo. El agua apaga el fuego; el fuego funde el metal; el metal corta la madera; la madera rompe la tierra y la tierra frena el agua.

Esto ocurre de este modo:

El Agua apaga el fuego: Cuando la energía de los riñones se sobrecarga se paraliza el intestino delgado y el triple calentador; cuando la vejiga se sobrecarga, se paraliza el corazón y el gobernador del corazón. Esto lo observaremos a través del cambio del pulso y en la complexión del individuo.

El fuego funde el metal: Cuando la energía del intestino delgado y del triple calentador está en exceso se paralizan los pulmones y cuando la sobrecarga se produce a nivel del corazón y del gobernador del corazón, se paraliza el intestino grueso. Esto podemos observarlo en alteraciones de la piel y del vello.

El metal corta la madera: La sobrecarga del pulmón paraliza la vesícula; la sobrecarga del intestino grueso paraliza el hígado. Lo observaremos en los músculos y las uñas.

La madera rompe la tierra: Cuando la energía del hígado está en exceso se paraliza el estómago y cuando ocurre el exceso en la vesícula se paralizan el bazo y el páncreas. Los indicadores externos serán el tejido conjuntivo.

La tierra frena el agua: Si la energía del bazo-páncreas está en exceso se paraliza la vejiga y si el exceso se da en el estómago, se paralizan los riñones. Los indicadores externos serán el esqueleto y el cabello.

De este modo concluimos que los órganos yang al sobrecargarse contrarrestan la energía de las vísceras yin del elemento opuesto; la sobrecarga de las vísceras contrarrestan los órganos del signo opuesto.

Ciclo de destrucción

Diagrama de ciclo

Las energías en ambos ciclos

Ambos ciclos se vinculan a todos los ritmos de la vida del macro y microcosmos como al ser humano y a los ciclos climáticos.

En las estaciones del año:

El ciclo constructivo identifica cada estación con un tipo de energía: el frío con el invierno, el viento con la primavera, el calor con el verano, la humedad con el final del verano y la sequedad con el otoño. Cuando estos ciclos se alteran se inicia el ciclo destructivo.

La Teoría de los 5 elementos nos ayuda a comprender la totalidad

Tiende a mostrarnos la idea de totalidad y facilitarnos la comprensión sin caer en tecnicismos que nos aparten de la comprensión de la totalidad del ser; nos guía en el proceso de transformación de nuestra mente analítica en mente analógica.

Así podremos comprender que de las 5 virtudes esenciales (ideas) que generan vida surgen 5 sentimientos básicos que a su vez generan 5 sentidos correspondientes a los 5 pares de órganos de nuestro cuerpo físico. Estos órganos son formadores –a la vez- de 5 sistemas que dan al cuerpo la apariencia humana, así como ésta genera 5 formas de expresión en las cuales se desarrolla la personalidad del ser dentro del contexto social.

Todo está relacionado entre sí; existe una globalidad que determina la interrelación entre el adentro y el afuera y cualquier episodio en la vida de cada uno influirá definitivamente en el cuerpo, la mente y las emociones.

Los 5 elementos en la formación del cuerpo físico:

El cuerpo físico se inicia con la formación de dos órganos dobles: riñones en primer lugar y a continuación, pulmones. Ambos representan un filtro. Los riñones se relacionan con la experiencia que nos lleva a la vida y los pulmones filtran la experiencia que hemos recibido sutilmente de la tierra y se manifiesta en la capacidad de eliminar toxinas de la sangre por medio de la oxigenación y de la descarga del dióxido de carbono. Los riñones filtran los líquidos, las sales minerales y todo lo que representa la densidad en cuanto a ingesta se refiere.

Las 5 emociones de los 5 elementos

Elemento agua (el gemido) potencia el elemento madera (tolerancia) en el ciclo constructivo y destruye al elemento fuego (rutina y aburrimiento) en el ciclo destructivo.

Elemento madera (grito) potencia el elemento fuego (creatividad) en el ciclo constructivo y destruye al elemento tierra (duda) en el ciclo destructivo.

Elemento fuego (risa) potencia el elemento tierra (acción) y destruye al elemento metal (apego).

Elemento tierra (canto) potencia al elemento metal (desapego) y destruye la elemento agua (miedo).

Elemento metal (llanto) potencia al elemento agua (confianza) y destruye al elemento madera (ansiedad).

Los 5 sabores de los 5 elementos

Aguasabor salado

Fuego- sabor picante

Madera – sabor amargo

Metal – sabor acido

Tierra – sabor dulce

Los 5 colores de los 5 elementos

Agua – color negro

Fuego – color rojo

Madera- color verde

Metal- color blanco

Tierra – color amarillo

Tabla de algunos alimentos y sus energías

+ YIN

FRÍO

(AGUA)

Apio –espárragos-radicheta-diente de león-perejil-banana-kaki-bambú-yerba mate-azúcar cristalina-aceituna negra-melón-sandía-hierbabuena-yanten-lenguado-almejas-ostras-pato

YIN

FRESCO

(METAL)

Algas-dátil negro-higos negros secos-arroz balnco-aceitunas verdes-nabo-centeno-frutas secas-tofú-hongos negros-pomelo-limón-té verde-avena integral-trigo sarraceno-harina integral-palta-ciruela-frutillas-kiwi-moras-pera-coco-lino-alcaucil-berenjena blanca-berro –calabaza-champignon-arvejas frescas-repollo chino-lechuga-coliflor-rabanitos-rábano no picante-miel-trufas-huevo-peces: sardina-anguila-atún-mejillón-pulpo

NEUTRO

(TIERRA)

Gluten -lecitina de soja-sésamo blanco-levadura de cerveza-poroto de soja-akusai-zapallo-papa-regalís-azúcar blanca-cebada perlada-trigo integral-germen de trigo-harina blanca-harina de -rigo integral-higo fresco blanco-manzana-avellana-calabacín-papaya-chauchas-brócoli-pepino-remolacha-zanahoria-poroto blanco-peces: trucha-carpa-gamba-camarón-cerdo-conejo-

-YANG

(TIBIO)

MADERA

Hinojo-dátil rojo-acelga-arroz integral-semillas de girasol-nuez-batata-naranja-mandarina-azúcar negra-azúcar de caña-té rojo-flores de las verduras-maíz-mijo-salvado de trigo-harina blanca de trigo-cereza-granada-guinda-damasco-níspero-ananá-uva-almendra –maní-sésamo negro-berenjena negra-espinaca-laurel-morrón-mostaza-pimienta negra-café- té-caviar-langosta-langostino-cordero-vaca -ciervo liebre-pollo pavo-

+YANG

(CALIENTE)

FUEGO

Canela-cebolla-cebolla de verdeo-cebollín-ajo –puerro-castañas-pimienta blanca-rábano picante-ají picante-jengibre-ciervo-frambuesa-

En la cocina de la vida somos protagonistas activos, participamos con nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestras emociones y con una sabiduría adquirida de nuestra interacción cotidiana y consciente con la naturaleza.

Como cocineros de la vida todos nuestros sentidos están comprometidos cuando cocinamos. Nuestra relación personal con cada ingrediente nos posibilita un vínculo único y profundo con su propia identidad energética y vital, honrando la vida hasta en su mínima expresión.

Esther Mónica Shocron Benmuyal

semillasparalavida@yahoo.com.ar

Ilustrações: Silvana Santos