Semillas para
Una
propuesta educativa, una elección de vida
Educar
desde
Pequeños
aprendizajes cotidianos
.
Cocinar es un acto de amor, de creación y
de
comunicación con la esencia de la vida
Cuando
cocinamos, transformamos, creamos y somos alquimistas interactuando con todos
los ingredientes que elegimos. El diálogo silencioso con cada uno de ellos nos
brinda una dosis de sabiduría para que la usemos
en nuestra comida cotidiana.
¿Para
qué cocinamos?
Cocinamos
para alimentar nuestro cuerpo; pero
también al cocinar, el alma se expresa y el espíritu de la vida despliega su
presencia en cada ingrediente.
Los
procesos de alquimia en la cocina son un puente hacia nuestra espiritualidad
creativa y este acto de transmutación nos conecta con la esencia que impregna
todo lo tangible y lo no-tangible. De este modo transformamos la materia (una
fruta, una legumbre, semillas, entre otros alimentos
posibles) en energía vital.
Seamos
cocineros de la vida, una propuesta para la experiencia personal
Imaginémonos en la
cocina, preparando nuestro almuerzo o nuestra cena. Comencemos preparando el
lugar. Cuidaremos el espacio en el que vamos a cocinar, procurando la higiene y
el orden hasta en los mínimos detalles; nos despreocuparemos del reloj para
asegurarnos estar “presentes” mientras cocinamos y evitaremos cualquier
interrupción o interferencia.
Es importante nuestra
presencia total y absoluta en el momento de cocinar, pues nuestra energía estará
presente en la comida.
Luego, seleccionaremos
los ingredientes de un modo diferente: primero, abriremos nuestro canal de
comunicación con nuestro Ser Superior para vincularnos con ellos de esencia a
esencia, dialogando como viejos amigos confidentes; así podremos elegirlos
adecuadamente, de un modo equilibrado y de acuerdo con nuestras necesidades del
día, que garanticen una comida saludable y nutritiva.
De este modo, también
estamos honrando la vida, somos amor en acción y co-creadores responsables de
salud, para nosotros y para quienes compartan nuestra comida cotidiana.
Atención!!! Abstenerse de cocinar cuando estamos de mal humor, enojados,
tristes o con prisa; las emociones, sentimientos y energía de los pensamientos
también la reciben los ingredientes que forman parte de nuestro almuerzo o
cena.
Nosotros
y los ingredientes: una relación de esencia a esencia
¿Cómo
los seleccionaremos? ¿Qué tendremos en cuenta para hacerlo? Algunas ideas-guía
para reflexionar
Observar,
percibir, sensibilizarnos
a)
Colores:
Imaginemos una comida multicolor, pronta para ser
saboreada. Percibamos el momento previo al primer bocado cuando estamos
observando la comida. ¿Qué sensaciones corporales nos produce esa observación?
¿Qué sentimientos y emociones aparecen? ¿Qué actitud adoptamos?
b)
Aromas
(que
emanan de cada ingrediente):
¿Somos capaces de distinguir su variedad? ¿sobresale alguno o algunos de ellos
sobre los demás? ¿percibimos la armonía del nuevo aroma producido entre
todos?
c)
Sabores:
aquéllos
que forman parte de la identidad de cada ingrediente:
¿Somos
capaces de darnos cuenta de su variedad y su sutileza? ¿Tenemos
preferencias?
d)
¿Frescos
o en conservas?: ¿tenemos
en cuenta los alimentos propios
de
cada estación y ámbito geográfico? ¿Priorizamos los alimentos naturales o
los semi-elaborados o pre-cocidos?
e)
Tipo
de
Actividad
cotidiana y hábitat: ¿tenemos
en cuenta nuestra
tipo
actividad físico-intelectual cotidiana? ¿Consideramos el clima del medio
ambiente en que vivimos? ¿Y los frutos propios de
nuestro hábitat
cotidiano?
También podríamos
aventurarnos a indagar un poco más allá y agudizar nuestra percepción hasta
captar las calidades de energías de cada ingrediente… Tal vez esto, requiera
un entrenamiento adecuado, consciente y voluntad de nuestra parte para hacerlo y
lograrlo; es un desafío que podemos aceptar.
Cada
comida que tenga en cuenta los 5 sabores, los 5 aromas, las 5 energías, la
variedad de colores armoniosos, el hábitat, el tipo de actividad que
realizamos, las estaciones del año y nuestro estado personal del día, nos
está indicando que existe un vínculo óptimo entre ella, nosotros y la vida.
La
cocina de la vida tiene su ritual
Preparemos
adecuadamente el ambiente interno:
Nosotros mismos, como
cocineros de la vida, cuidaremos de nuestros estados internos y pensamientos. La
higiene en la cocina, comienza por nuestra propia higiene mental y emocional,
además de la de nuestras manos. La alegría, el gozo, la serenidad y la armonía
de nuestras emociones y pensamientos son condiciones indispensables para desempeñar
este rol. Tener en consideración el tiempo físico real del que disponemos para
cocinar, también es otro ingrediente básico en la cocina de la vida, tanto
para una simple ensalada como para el plato más elaborado.
Preparemos
también el ambiente externo:
El ambiente externo será
agradable, aireado, luminoso, organizado y libre de cualquier elemento
perturbador para nuestro ritual de cocineros de la vida. Mantenerlo limpio
mientras cocinamos evitará cualquier contaminación externa.
¿Qué
hacen nuestras manos en la cocina?
Necesitamos manos
limpias en todo momento, sin perfumes previos que alteren los aromas propios de
nuestros alimentos, ni cremas suavizantes, ni sustancias químicas que viajen
luego hacia la comida alterando su propia naturaleza.
Nuestras manos sostienen,
pelan, cortan, amasan, testean y eligen. Son las que crean formas y tienen la
posibilidad de sentir a través del tacto, reconocer texturas, consistencias,
temperaturas, humedad o sequedad.
Nuestras manos cocineras
son las mismas que acarician un rostro, otra mano, una fruta, una hoja, una
raíz,
un tallo; pueden ser cuenco para contener agua, semillas, un puñado de harina,
azúcar o sal.
Son canal de la energía
que impregna todo lo tangible y lo no-tangible. Ellas comunican, expresan,
muestran y brindan.
Las manos
cocineras también pueden descubrir melodías en las cuerdas de un violín,
de una guitarra, en las teclas de un piano, en las notas al viento de un
clarinete, de un saxo, un oboe o en las placas metálicas de algún xilofón.
Así como dan forma a la
arcilla o al barro; pincelan colores en una tela o en un papel; dibujan alguna
imagen que nos hace soñar con lo nuevo y lo distinto también siembran y
cosechan, unen secreta y hábilmente los ingredientes, los transforman, los
integran, le dan calor, energía y revelan luego, una obra de arte: el alimento
nuestro de cada día.
Los
5 Elementos, una teoría milenaria
para
tener en cuenta a la hora de cocinar
El
movimiento y la transformación constantes forman parte del ritmo del Universo;
la vida es ritmo y nosotros somos parte de él. En él, la energía se despliega
hasta alcanzar su punto máximo y luego comienza a contraerse para volver a
comenzar con su despliegue, generando nuevos ciclos continuos.
El comienzo del día, la
primavera, el primer brote de una semilla, el nacimiento de un bebé, el
amanecer corresponden al elemento madera,
que
representa la fuerza del árbol rompiendo la tierra en dirección al cielo. Es
energía expansiva, fuerza ascendente que impulsa al desarrollo y al crecimiento.
El verano y el mediodía
representan la juventud; es el momento de mayor expansión de la energía;
apenas necesita movimiento interior para poder subsistir; corresponde al elemento
fuego.
El otoño y el atardecer se relacionan
con la senectud del ser humano, con el fruto maduro que
cae, con la búsqueda de la relajación después del esfuerzo. Comienza a
dominar la fuerza descendente y se inicia el ciclo energético correspondiente
al elemento metal.
El invierno y la noche
marcan final y principio; es el momento del sueño, la quietud, el ir hacia
adentro de uno mismo; la muerte. En esta etapa el movimiento interior es muy
grande; mientras que afuera, aparece la quietud casi absoluta, en la cual se está
gestando la nueva primavera, el nuevo día. Es el niño en gestación y a la
espera de nacer. Corresponde al elemento agua.
Los filósofos
orientales consideran la existencia de un quinto momento llamado “DO-YO”; es
la transición, el espacio/tiempo en el cual las energías están en un punto
medio, así como ocurre entre el atardecer y la noche, entre el verano y el otoño
y en el momento de la madurez del ser humano. Corresponde al elemento
tierra.
Más
allá del concepto cientificista “sólo
creo lo que veo” existen
procesos y hechos que pasan desapercibidos desde la concepción estática del
mundo pero no desde la comprensión dinámica del Universo.
¿Cómo
comprender el flujo de las energías y sus relaciones a través de
Este dinamismo de los 5
elementos se llama ciclo de apoyo o construcción; es
un ciclo sin fin de forma permanente en el que cada uno de lo elementos
da energía al siguiente; así, el agua da energía a la madera; la madera al
fuego; el fuego a la tierra, la tierra al metal y el metal –de alguna manera-
al agua.
Elemento
agua:
El ciclo constructivo en sentido vertical se inicia con la formación de los riñones
que son compactos y luego el flujo energético forma la vejiga, que es una víscera
hueca. En sentido horizontal en un proceso que va de adentro hacia fuera se
forma el esqueleto, el cabello, las orejas, las suprarrenales, los ovarios y los
testículos.
Elemento
madera:
la energía sale de la vejiga, se lentifica nuevamente forma un órgano denso y
compacto, que es el hígado y luego el flujo se acelera dando lugar a la formación
de la vesícula, que es hueca y llamamos víscera. En sentido horizontal, se van
formando los músculos, las uñas y lo referente al sentido de la visa (ojos,
esclerótica, iris).
Elemento
fuego:
Tiene dos facetas diferentes en el sentido de la energía. En la primera faceta
(fuego originario), al salir de la vesícula, la energía se lentifica iniciando
la primera faceta y origina el corazón. Luego se acelera para formar la víscera
que es el intestino delgado. La segunda faceta (fuego secundario) al dejar el
intestino delgado, nuevamente la energía se hace lenta formando un órgano
conocido en la medicina oriental como gobernador del corazón; otra vez se
lentifica y genera el llamado “triple calentador”. El gobernador del
corazón y el triple calentador representan lo que para nosotros son el sistema
circulatorio y el sistema nervioso (aunque no sean estrictamente idénticos).
Elemento
tierra:
La energía tiende ahora a concentrarse mucho más y a volverse más lenta para
formar el páncreas y el bazo y luego, al acelerarse, genera el estómago. En
sentido horizontal da origen a la formación del tejido conjuntivo y de los órganos
del sentido del gusto.
Elemento
metal:
La energía entra en la etapa final del ciclo, formando primero los pulmones y
cuando se dinamiza, el intestino grueso. En sentido horizontal se forma la piel
y el vello.
Ciclo de Construcción
Cuando este ciclo se rompe se origina
el ciclo de destrucción. Esto ocurre cuando alguno de los elementos se
encuentra en exceso e impide la regulación de la energía del elemento que le
sigue, generando bloqueos que destruyen la energía del elemento siguiente. Por
ejemplo: el exceso de agua apaga el fuego; el exceso de fuego funde el metal; el
exceso de metal corta la madera; la sobrecarga de la madera rompe la tierra, el
exceso de tierra detiene el agua.
Ciclo
destructivo:
En este ciclo podremos observar las
relaciones entre los cinco elementos en cuanto a su aspecto destructivo. El agua
apaga el fuego; el fuego funde el metal; el metal corta la madera; la madera
rompe la tierra y la tierra frena el agua.
Esto
ocurre de este modo:
El
Agua
apaga el fuego:
Cuando la energía de los riñones se sobrecarga se paraliza el intestino
delgado y el triple calentador; cuando la vejiga se sobrecarga, se paraliza el
corazón y el gobernador del corazón. Esto lo observaremos a través del cambio
del pulso y en la complexión del individuo.
El
fuego
funde
el metal:
Cuando la energía del intestino delgado y del triple calentador está en exceso
se paralizan los pulmones y cuando la sobrecarga se produce a nivel del corazón
y del gobernador del corazón, se paraliza el intestino grueso. Esto podemos
observarlo en alteraciones de la piel y del vello.
El
metal
corta
la madera:
La sobrecarga del pulmón paraliza la vesícula; la sobrecarga del intestino
grueso paraliza el hígado. Lo observaremos en los músculos y las uñas.
La
madera
rompe la tierra:
Cuando la energía del hígado está en exceso se paraliza el estómago y cuando
ocurre el exceso en la vesícula se paralizan el bazo y el páncreas. Los
indicadores externos serán el
tejido conjuntivo.
La
tierra
frena el agua:
Si la energía del bazo-páncreas está en exceso se paraliza la vejiga y si el
exceso se da en el estómago, se paralizan los riñones. Los indicadores
externos serán el esqueleto y el cabello.
De este modo concluimos que los órganos
yang al sobrecargarse contrarrestan la energía de las vísceras yin del
elemento opuesto; la sobrecarga de las vísceras contrarrestan los órganos del
signo opuesto.
Ciclo de destrucción
Las
energías en ambos ciclos
Ambos ciclos se vinculan
a todos los ritmos de la vida del macro y microcosmos como al ser humano y a los
ciclos climáticos.
En
las estaciones del año:
El ciclo constructivo
identifica cada estación con un tipo de energía: el frío con el invierno,
el viento con la primavera, el calor con el verano, la humedad
con el final del verano y la sequedad
con el otoño. Cuando estos ciclos se alteran se inicia el ciclo destructivo.
Tiende a mostrarnos la
idea de totalidad y facilitarnos la comprensión sin caer en tecnicismos que nos
aparten de la comprensión de la totalidad del ser; nos guía en el proceso de
transformación de nuestra mente analítica en mente analógica.
Así podremos comprender
que de las 5 virtudes esenciales (ideas) que
generan vida surgen 5 sentimientos básicos
que a su vez generan 5 sentidos correspondientes
a los 5 pares de órganos de nuestro
cuerpo físico. Estos órganos son formadores –a la vez- de 5
sistemas que dan al cuerpo la apariencia humana, así como ésta genera
5 formas de expresión en las
cuales se desarrolla la personalidad del ser dentro del contexto social.
Todo está relacionado
entre sí; existe una globalidad que determina la interrelación entre el
adentro y el afuera y cualquier episodio en la vida de cada uno influirá
definitivamente en el cuerpo, la mente y las emociones.
Los
5 elementos en la formación del
cuerpo físico:
El cuerpo físico se
inicia con la formación de dos órganos dobles: riñones en primer lugar
y a continuación, pulmones. Ambos representan un filtro. Los riñones se
relacionan con la experiencia que nos lleva a la vida y los pulmones filtran la
experiencia que hemos recibido sutilmente de la tierra y se manifiesta en la
capacidad de eliminar toxinas de la sangre por medio de la oxigenación y de la
descarga del dióxido de carbono. Los riñones filtran los líquidos, las sales
minerales y todo lo que representa la densidad en cuanto a ingesta se refiere.
Elemento agua (el
gemido) potencia el elemento madera (tolerancia) en el
ciclo constructivo y destruye al elemento fuego (rutina y aburrimiento)
en el ciclo destructivo.
Elemento madera (grito)
potencia el elemento fuego (creatividad) en el ciclo constructivo
y destruye al elemento tierra (duda) en el ciclo destructivo.
Elemento fuego (risa)
potencia el elemento tierra (acción) y destruye al elemento
metal (apego).
Elemento tierra (canto)
potencia al elemento metal (desapego) y destruye la elemento agua
(miedo).
Elemento metal (llanto)
potencia al elemento agua (confianza) y destruye al elemento madera
(ansiedad).
Los
5 sabores de los 5 elementos
Agua
–sabor salado
Fuego-
sabor picante
Madera
– sabor amargo
Metal
– sabor acido
Tierra
– sabor dulce
Los
5 colores de los 5 elementos
Agua
– color negro
Fuego
– color rojo
Madera-
color verde
Metal-
color blanco
Tierra
– color amarillo
Tabla de algunos
alimentos y sus energías
+
YIN
FRÍO
(AGUA)
Apio
–espárragos-radicheta-diente de león-perejil-banana-kaki-bambú-yerba
mate-azúcar cristalina-aceituna negra-melón-sandía-hierbabuena-yanten-lenguado-almejas-ostras-pato
YIN
FRESCO
(METAL)
Algas-dátil
negro-higos negros secos-arroz balnco-aceitunas verdes-nabo-centeno-frutas
secas-tofú-hongos negros-pomelo-limón-té verde-avena integral-trigo
sarraceno-harina
integral-palta-ciruela-frutillas-kiwi-moras-pera-coco-lino-alcaucil-berenjena
blanca-berro –calabaza-champignon-arvejas frescas-repollo
chino-lechuga-coliflor-rabanitos-rábano no picante-miel-trufas-huevo-peces:
sardina-anguila-atún-mejillón-pulpo
NEUTRO
(TIERRA)
Gluten
-lecitina de soja-sésamo blanco-levadura de cerveza-poroto de
soja-akusai-zapallo-papa-regalís-azúcar blanca-cebada perlada-trigo
integral-germen de trigo-harina blanca-harina de -rigo integral-higo fresco
blanco-manzana-avellana-calabacín-papaya-chauchas-brócoli-pepino-remolacha-zanahoria-poroto
blanco-peces: trucha-carpa-gamba-camarón-cerdo-conejo-
-YANG
(TIBIO)
MADERA
Hinojo-dátil
rojo-acelga-arroz integral-semillas de
girasol-nuez-batata-naranja-mandarina-azúcar negra-azúcar de caña-té
rojo-flores de las verduras-maíz-mijo-salvado de trigo-harina blanca de
trigo-cereza-granada-guinda-damasco-níspero-ananá-uva-almendra –maní-sésamo
negro-berenjena negra-espinaca-laurel-morrón-mostaza-pimienta negra-café- té-caviar-langosta-langostino-cordero-vaca
-ciervo liebre-pollo pavo-
+YANG
(CALIENTE)
FUEGO
Canela-cebolla-cebolla
de verdeo-cebollín-ajo –puerro-castañas-pimienta blanca-rábano picante-ají
picante-jengibre-ciervo-frambuesa-
En la cocina
de la vida somos protagonistas
activos, participamos con nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestras emociones y
con una sabiduría adquirida de nuestra interacción cotidiana y consciente con
la naturaleza.
Como cocineros
de la vida todos nuestros sentidos están comprometidos cuando cocinamos.
Nuestra relación personal con cada ingrediente nos posibilita un vínculo único
y profundo con su propia identidad energética y vital, honrando la vida hasta
en su mínima expresión.
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