Estamos sendo lembrados de que somos tão vulneráveis que, se cortarem nosso ar por alguns minutos, a gente morre. - Ailton Krenak
ISSN 1678-0701 · Volume XXI, Número 86 · Março-Maio/2024
Início Cadastre-se! Procurar Área de autores Contato Apresentação(4) Normas de Publicação(1) Dicas e Curiosidades(7) Reflexão(3) Para Sensibilizar(1) Dinâmicas e Recursos Pedagógicos(6) Dúvidas(4) Entrevistas(4) Saber do Fazer(1) Culinária(1) Arte e Ambiente(1) Divulgação de Eventos(4) O que fazer para melhorar o meio ambiente(3) Sugestões bibliográficas(1) Educação(1) Você sabia que...(2) Reportagem(3) Educação e temas emergentes(1) Ações e projetos inspiradores(25) O Eco das Vozes(1) Do Linear ao Complexo(1) A Natureza Inspira(1) Notícias(21)   |  Números  
Educação
12/03/2015 (Nº 51) “REAPRENDER LA CONVIVENCIA EN NUESTRO PLANETA”
Link permanente: http://www.revistaea.org/artigo.php?idartigo=2020 
  

“REAPRENDER LA CONVIVENCIA EN NUESTRO PLANETA”

Ideas sueltas para tejer junt@s la trama...

Mandala: “Árbol de la Vida solar lunar humano” (E.M.S.B.)

Frase inspiradora: “Penso  que  nós,  seres  humanos,  precisamos  reaprender  a  nossa  existência  na  Terra" (Ellen Regina Mayhé Nunes).

Reaprender la convivencia en nuestro planeta es algo así como un rompecabezas; un montón de piezas sueltas listas para ser re-organizadas en un todo. Es un modelo en el que cada pieza tiene su lugar, en el que cada espacio tiene hecha su reserva previa, para que una vez completado el modelo, todo encaje a la perfección y ese status respete el sentido especial que cada pieza tiene para la totalidad. 

En este modelo, cualquier cambio pide una reorganización del todo, para que el equilibrio “con sentido trascendente” se sostenga.

 

Me preguntaba… ¿Qué pasaría si volviéramos atrás en el tiempo?

Juguemos un poco con nuestra percepción-intuición-imaginación y viajemos hasta el comienzo del comienzo, cuando recién llegábamos a este planeta llamado Tierra… Nuestros ojos comenzaban a llenarse de colores nuevos y todos nuestros sentidos físicos -aún vírgenes y puros- estrenaban sus dones con toda nuestra sensibilidad a flor de piel y con nuestros latidos pulsando al compás del corazón de GAIA y en sintonía con los corazones de todos los seres… Era nuestro debut en la vida, en el  “Planeta Azul”…

 

Qué veían nuestros ojos? Qué escuchaban nuestros oídos? Qué sentía nuestro corazón? Cómo era nuestro entorno?

Este es un juego intuitivo -preguntarnos y respondernos- que activa nuestros accesos a niveles de conciencia transpersonales, brindándonos la posibilidad de inspirarnos en nuestro viaje en reversa, evocando aquellos recuerdos que almacena nuestra memoria celular; para poder sacar a la luz información valiosa y comprender, re-aprender y transmutar. Y además, podemos jugarlo, respondiendo las preguntas con palabras o expresarnos a través del lenguaje no-verbal (dibujo, pintura, escultura, música, danza…).

Entonces… A jugar, a crear, a descubrir y a compartir!!!

 

Preguntarnos, pone en acción a la mente, a nuestra conciencia, agiliza nuestras búsquedas y moviliza las energías para que hallemos respuestas y guía para nuestros pasos.

Entre tantas preguntas que quizás aún no tienen respuestas, aquí va una tentativa para seguir buscando “pistas”…

Tal vez, sentimos esta urgente necesidad de re-crear nuestro modo de convivir en la Tierra porque dejamos de “encarnar” nuestra identidad planetaria y cósmica que nos hermana con todos los seres, dando lugar a un camino de desencuentros con la tan maravillosa diversidad planetaria.

Quizás, ésta sea la “punta del ovillo”!!! Pero es cuestión de seguir la pesquisa para nutrir nuestra creatividad y poder reorganizar las piezas desordenadas, recreando el modo de vincularnos con todas ellas.

 

Volvamos ahora a nuestro cotidiano… Es el momento de volver el tiempo adelante y rencontrarnos en el presente, para descubrir junt@s cómo recomponer nuestro modelo de existencia planetaria.

 

Y aquí vamos!

¿Qué recursos tenemos a nuestro alcance para re-aprender nuestra convivencia en la Tierra?

*Sensibilidad

*Corazón

*Discernimiento

*Libre albedrío

*Capacidad para comprender

*Capacidad para sentir compasión… (Podés seguir el listado si te llega más inspiración)

 

Recordemos que:

Necesitamos Sensibilidad para comunicarnos, para percibir más allá de las palabras, para captar sensaciones, sentimientos, emociones…

Corazón, para activar nuestra capacidad de amar, de comprender, de ponernos en el lugar de los demás, de aceptar las diferencias…

Nuestro Discernimiento para poder “darnos cuenta”, para saber evaluar datos, circunstancias, oportunidades para la acción y para la pausa; para las palabras y los silencios; para mantener las cosas como están o para cambiar…

Libre albedrío para decidir por nosotros mismos, sin presiones ni influencias externas, guiados esencialmente por el corazón, por nuestra propia coherencia entre el sentir, pensar y hacer…

Capacidad para Comprender para saber escuchar (escuchar con conciencia) y conocer antes de juzgar…

Capacidad de sentir Compasión porque este don nos posibilitará entrar en una sintonía esencial con otros seres y Respetarlos en sus diferencias e identidades, generando actitudes de cuidado y de buen trato, facilitando la armonía en la convivencia.

 

Al usar estos recursos también podemos preguntarnos…

Cómo? Cuándo? En qué contexto? Con quién? Para qué? De este modo, la información que obtendremos será más detallada, más profunda, más exacta, más clara…

 

Te propongo hacer –sólo o en grupo- una breve experiencia, aplicando los recursos y las preguntas. Pero antes, quiero compartir algo que me ocurrió hace unos días… y que puede ilustrar esta propuesta:

Me gusta caminar por la orilla del mar y observar, sentir, escuchar, volar… De este modo, voy entrando -paso a paso- en mi mundo especial de silencio, trascendiendo la existencia de voces y movimientos a mi alrededor. Y en ese andar acompasado, me doy la oportunidad de observarme en los espejos del alma que van apareciendo en mi camino. Cada ser que me llama la atención se convierte en una posibilidad para mirarme hacia adentro y dar cabida a mi propia transformación.

 

Seguramente, todos tenemos anécdotas o breves historias de esos días de vacaciones, en los que nuestra mente se libera de las rutinas y se entrega a otros ritmos, alcanzando otras latitudes del pensamiento, que ayudan a descubrir ante nuestra conciencia, actitudes que jugaban a las escondidas en nuestro espacio interior,  impulsadas por la acción de una mente excesivamente activa y llena de estímulos e informaciones, a veces, muy excedidas…

 

Las vacaciones son -tal vez- aquella oportunidad que nos reserva la vida para re-encontrarnos con nosotros mismos, para cambiar las rutinas, profundizar nuestra creatividad y acceder a inéditas radiografías de nuestra propia alma.

 

Y así es como comienza esta historia… en estos días de verano, de caminatas por la playa, compartida con muchos seres diferentes y semejantes también.

Una de esas mañanas llenas de sol, de aromas marinos, de sonidos acompasados de olas yendo y viniendo, caminaba silenciosa y atenta. Me sentía conciencia pura, con gran sensación de libertad y con mi ser sin fronteras…

 

La arena estaba llena de medusas -traídas tal vez por alguna corriente nocturna- casi enterradas en ella, no sé si muertas o desmayadas!!! Mi vista se fue deslizando hacia las aguas, escaneando más allá de su superficie, y allí estaban muchas más de ellas, libres, nadando por el espacio acuoso; eran familias enteras en una danza a simple vista!!! El agua transparente estaba invitándome a la frescura y me fui metiendo despacito en el agua, con gran sigilo y mucha atención; pero la cuestión era… ¿cómo usar el mismo espacio respetándolas y siendo respetada yo también???

 

Y así fue que comenzaron a aparecer en mi mente, preguntas y pensamientos y una diversidad de sensaciones, sentimientos… Mi ser se sentía especialmente conmovido!!! Miraba a los demás, sus actitudes, sus acciones… sus palabras que volaban hasta mis oídos (aunque eran conversaciones lejanas)… todo, creaba un marco atípico y muy interesante como oportunidad de aprendizaje.

 

Observaba que algunas personas se esmeraban en sacar a las medusas fuera del agua y arrojarlas con fuerza lejos, en la arena, en baldecitos o en improvisados recipientes…Y estas actitudes de los adultos eran imitadas por los niños.

Sentí un fuerte impacto emocional, como un golpe a mi sensibilidad!!! Como si de repente, fuese yo la misma “agua viva” que era expulsada de su hábitat natural!!!

Y fue allí, que al observar las actitudes de algunas personas de las cercanías, fui descubriendo mis propios sentimientos y una fuerza especial me conectó casi instantáneamente, con el respeto por la vida en todas sus manifestaciones. Tal vez fue aquella voz “en off” que escuché decir… “aprender a convivir con todos los seres es primordial, cualquiera sea su apariencia, su modo de ser…” y “conocer es importante para trascender el temor”… Como si una voz llegada del Infinito acariciara mis oídos, trayendo respuestas a viejas preguntas… Entonces, me surgió esta reflexión: a veces, los miedos nacidos de la ignorancia o el desconocimiento, nos mueven a actuar de un modo egoísta y hasta violento…

 

Y ésta, es una de esas piezas del rompecabezas que necesitamos transformar para poder re-aprender nuestra convivencia en el planeta. Los MIEDOS y las MISERIAS necesitan ser transmutados en AMOR, esa fuerza infinita e incondicional que todo lo sana y que nos vincula con la vibración de la vida en todo su esplendor.

Porque el AMOR, más allá de su concepto romántico y personalizado, es la fuerza que sostiene la VIDA, el Universo… que nos une a la naturaleza, a los demás seres humanos, que nos hace evolucionar como especie.

 

Y cito aquí palabras de Gerarld Hüther (científico alemán, profesor de Neurobiología en la Universidad de Gotinga (Alemania) y asesor en temas científicos a Ángela Merkel): “El amor es nuestra única perspectiva de supervivencia en este planeta. Estamos a punto de agotar nuestros propios recursos naturales, al explotarlos y contaminarlos, porque competimos entre nosotros, como individuos y como naciones. La única fuerza que puede vencer esta competencia autodestructiva es el amor, o si prefieres un término más cognitivo, el compromiso de equipo y la creatividad participativa.” (de su libro: “La evolución del amor”)

 

Las imágenes tienen ese poder de despertar sentimientos apenas las vemos…

Por nuestra mente suelen desfilar “instantáneas fotográficas” de situaciones que acontecen en nuestro camino, en la vida… y pueden convertirse en una fuente de datos interesantes que nos brindan información útil para organizar las piezas de nuestro rompecabezas, para darle forma a un nuevo modelo de convivencia.

 

Usemos fotografías -o contacto directo con imágenes que nos conmuevan- para explorar un poco más esta fuente de información.

 

Y aquí van unas fotografías que tomé a las popularmente llamadas “aguas vivas”… Al verlas, mi impulso del corazón fue retratarlas y registrar su presencia en la arena… Es que son parte de nuestro maravilloso universo planetario!!! Y quizás, movilicen la inspiración en esta búsqueda, por los rincones del alma…

 

He tomado estas imágenes, apenas como un ejemplo para incentivar nuestra pesquisa, para conectarnos con circunstancias vividas o imaginadas, para activar nuestra sensibilidad y guiarnos en el re-aprendizaje de convivencia planetaria.

 

 

Retratos de las familiarmente llamadas “aguas vivas” (medusas), descansando? en la arena.

Ellas habitualmente, danzan por los mares, en las profundidades, en grupo… siendo una danza de libertad aunque con un alto sentido de la auto-protección.

Parecen inocentes criaturas, que hasta nos inspiran ternura, generando esas ganas de acariciarlas con suavidad… Hasta que se nos cruzan en el camino acuático y las rozamos sin querer… Ahí nomás, se nos va el amor que nos inspiraban, desaparece la ternura y despiertan el temor, el enojo, el impulso de arrojarlas lejos de nuestro entorno… y no muy amorosamente.

Pero esta sería la habitual “conducta reactiva”, alejada de los sentimientos amorosos,  del conocimiento, de la comprensión, la compasión, el respeto… e impulsada por el temor, el desconocimiento, el juzgamiento precoz… Pero también existen otras formas de actuar: Son las llamadas conductas

pro-activas.

 

Las imágenes pueden ser muchas y muy variadas -y seguramente- se te ocurrirán más ejemplos para continuar la exploración y profundizar la búsqueda de inspiración para concretar el cambio.

 

Apelemos a nuestra sensibilidad -que es uno de los recursos a nuestro alcance- para descubrirnos en nuestras actitudes espontáneas y –eventualmente- modificarlas, transformarlas.

En mi interior, sé que cada idea que aparece y que comparto, puede despertar muchas más, puede liberar nuestro acceso a nuevas inspiraciones para ir tejiendo juntos la trama que nos transformará individual y grupalmente. Porque todos los cambios comienzan con un sentimiento profundo, con un impulso del corazón que nos pone en movimiento, que nos hace andar, o nos detiene y nos pone a esperar el momento del próximo paso… Todo esto acontece primero, en nuestro universo interno y sólo después, una vez fortalecido, irradiará toda su fuerza y podrá expandirse hasta reflejarse en el universo exterior.

 

Todo es a imagen y semejanza; como ocurre adentro, ocurre afuera; como es en lo oculto se manifestará en lo visible… Como es arriba es abajo… Así dicen las enseñanzas espirituales, para orientar nuestra comprensión. Y es cuando comprendemos que liberamos amor en todos nuestros vínculos, que es la energía más poderosa que sostiene al Universo como Unidad incorruptible.

 

Aprender y re-aprender ~ Cosas simples y cotidianas pueden mostrarnos mucho más de lo que imaginamos…

 

Temores ~ Miedos

¿A qué le tememos?

¿A los animales? ¿A lo desconocido? ¿A lo diferente de nosotros mismos? ¿A perder el control? ¿A la escasez? ¿A ser despojados de lo que sea que creemos nos pertenece?

Para respetarnos y respetar a los demás seres, es importante transmutar los miedos y superarlos, teniendo en cuenta que ellos aparecen ante el desconocimiento, ante la falta de información –por ejemplo- de la conducta animal, del principio de correspondencia… del sentido de existencia de cada pieza de la Creación…

 

Ser auténticos

Cuándo otros ojos no nos están viendo…

¿Cómo somos? ¿Cómo actuamos? ¿Qué pensamos y nos decimos? ¿Cuáles son nuestras actitudes frente a circunstancias de la vida y la convivencia?

 

Para lograr Armonía en la Convivencia…

¿Qué hacemos?

Nuestra actitud es la de eliminar las diferencias o aceptarlas?

Ante la presencia doméstica de insectos… ¿Cuál es nuestra conducta espontánea? Nos ponemos en “justicieros” y acabamos con sus vidas de un modo poco amoroso? O adoptamos una actitud de respetar toda manifestación de vida y buscamos el modo de restablecer el equilibrio con respeto?

Reaprender nuestra existencia en la Tierra también incluye la convivencia con otros seres humanos que piensan, sienten y tienen costumbres diferentes.

 

Vivimos una etapa de nuestra evolución como especie, en la que necesitamos transitar una educación desde el Amor, en la que cada método, cada contenido esté vinculado directamente con la esencia de la vida, con su sacralidad y su trascendencia.

 

Aunque muchos años pasaron ya desde nuestra humana llegada al “Planeta Azul” y la magia de la vida en los comienzos, pareciera haber perdido su brillo, por causas que aún se esconden en algún rincón del alma… estamos a tiempo para hacer cambios y rencontrarnos con “el paraíso perdido”.

 

Los recursos para lograrlo están en nuestras manos!!! Y como dicen por ahí: “la esperanza es lo último que se pierde”… Sostengamos la FE, expandamos la conciencia, abramos el corazón a la inspiración, ampliemos nuestra visión y renovemos nuestro modo de convivencia en el Planeta, re-encarnando nuestra identidad humana, planetaria y cósmica.

Lic. Esther Mónica Shocron Benmuyal ~ Embajadora de Paz ~ 

“Semillas para la Vida” ~  Embajada de Paz ~

Distinciones otorgadas por Mil Milenios de Paz y Fundación Paz, Ecología y Arte

 

alaluzdelavida@gmail.com
http://alaluzdelavida.blogspot.com
 http://semillasluzparalavida.blogspot.com 

Ilustrações: Silvana Santos