Estamos sendo lembrados de que somos tão vulneráveis que, se cortarem nosso ar por alguns minutos, a gente morre. - Ailton Krenak
ISSN 1678-0701 · Volume XXI, Número 86 · Março-Maio/2024
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Educação
04/06/2011 (Nº 36) La Vida, nuestro “tutorial” de aprendizaje… - Experimentemos nuestro “Ubuntu” (1) con la Naturaleza
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Frase: "Para que repetir os erros antigos quando há tantos erros novos a cometer

“A la  LUZ de la Vida”

 

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“La Vida, nuestro “tutorial” de aprendizaje…”

Experimentemos nuestro “Ubuntu” (1) con la Naturaleza

 

Tal vez sea una buena idea inspirarnos en la ética del “Ubuntu” para honrar la Vida. Tal vez si vinculamos “Ubuntu” con la naturaleza podremos estar disponibles para ella y experimentar la Unidad en su Sagrada Diversidad.

 

(1)              Ubuntu: es una antigua voz africana en idiomas zulu/xhosa  que significa “humanidad hacia otros” y que, de algún modo, podría sintetizarse en esta expresión: “Yo soy lo que soy porque tú eres”. Ubuntu es PAZ, reconciliación… Haciendo una extensión de su significado original, percibimos que nuestra existencia, tal como la experimentamos, es posible por la existencia de la totalidad y no sólo vinculada a la convivencia cotidiana con otros seres humanos, sino con todos los seres de este planeta, incluyendo todos los reinos. La ética del Ubuntu, supone comprensión, compasión, asistencia mutua, respeto y facilita la experiencia directa de “ser digno de ser”.

Iniciemos nuestro camino de UBUNTU con la Naturaleza recordando que la VIDA es nuestro “tutorial “de aprendizaje.

 

Observamos, Sentimos, Percibimos.

Luego, Comprendemos-Amamos-Somos…

 

Las lecciones que aprendemos de la Vida se archivan en nuestra memoria celular

 

La vida pone a nuestra disposición un sinfín de oportunidades para “aprender”. Cada vez que concretamos un aprendizaje, queda guardado en nuestra memoria celular.

 

Los recursos, métodos, modalidades para recibir estas lecciones son diversos; podemos ser muy creativ@s en esto… pero esencialmente necesitamos estar disponibles para ser conscientemente alumnos de la vida, dentro de esta gran universidad planetaria.


En los ritmos de nuestros aprendizajes, es importante incluir los momentos de pausa, pues en ellos podremos monitorear nuestras experiencias, observarlas, sentirlas, comprenderlas, antes de dar nuestro siguiente paso.

 

La naturaleza también tiene momentos de pausa, de silencios aparentes, de invisibilidad transitoria, antes que se produzca la manifestación externa de una transformación; por ejemplo, antes que una semilla se transforme en árbol o una crisálida, en mariposa… o una célula en un ser multicelular.

 

Nuestros ojos pueden observar todo esto… a veces, ayudados por algunos instrumentos que facilitan o amplían nuestra visión física. Pero es importante también, activar los ojos del corazón, porque ellos pueden ver más allá, pueden llegar hasta los rincones de la vida aparentemente invisibles y ocultos y mostrarnos lo más sutil.

 

La vida tiene modelos propios que pueden inspirarnos.

Existe un patrón común que se repite en todos los seres planetarios y, si vamos más allá, en todo el Universo.

Alguna vez hablamos de “geometría sagrada”… ese patrón de corporalidad de la materia, ese modo de evolución de las formas universales, presente en todas las manifestaciones de la vida planetaria.

 

En la naturaleza la evolución se da grupalmente; las especies se transforman grupalmente y nosotros -los seres humanos- aprendemos experimentando en la convivencia cotidiana, junto con otros seres. Nuestra especie, también evoluciona grupalmente, somos maestros y alumnos simultáneamente, es decir, generamos entre todos modelos de “enseñanza mutua”: lo que un@s aprenden inspira el aprendizaje de otr@s... Y así, se va tejiendo la trama de la evolución.

 

La Vida tiene una función tutorial en nuestro crecimiento y expansión; ella representa una guía para nuestros aprendizajes, nos brinda modelos que nos inspiran, que nos ayudan a comprender nuestro propio modelo humano, en cuerpo y en alma. Los recursos que nos ofrece son instrumentos válidos para ubicarnos diariamente en la categoría de “sus alumn@s”.

 

Como seres humanos construimos modelos externos que facilitan nuestra comprensión acerca de los procesos vitales, las conductas, las dinámicas de la vida… Diagramamos planes de acción, con objetivos, visiones, recursos, metodologías y fundamentos… Construimos casas, edificios, fábricas, aviones, autos, carros… instrumentos de alta precisión, herramientas de todo tipo y función…. Y siempre nuestro modelo –consciente o inconscientemente- es la naturaleza, nuestro cuerpo o los de otros seres, sus movimientos, fisiología, estructuras, comportamientos... los árboles, el agua, la tierra, el fuego; todos los elementos de la naturaleza y todos los reinos se transforman en fuentes de inspiración.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un espacio para experimentar…

 

Aprendemos grupalmente…

Por unos minutos, generemos un espacio especial personal. Evoquemos diferentes momentos de nuestra vida. Dejemos que nuestra memoria y atención vayan descubriendo modelos concretos que hemos construido y usado a lo largo de nuestra vida. Hagamos un registro dinámico de ellos, con dibujos, describiéndolos con palabras e imágenes… Incluyamos sensaciones que acompañaron el uso de esos modelos…Y observemos, dejemos que nuestra conciencia descubra los paralelos con los modelos construidos por la naturaleza y hagamos un registro personal.

 

Impulsemos a familiares, amig@s, colegas… a realizar esta experiencia; luego, compartamos reflexiones, preguntas, respuestas, descubrimientos, y quizás también, transformaciones personales y grupales.

 

 

Todo lo que genera vida en nuestra Madre Tierra tiene una función de apoyo para nuestra lección de vida de cada día.

 

Entonces… ¿Cuál es nuestra responsabilidad?

 

Sostener esta provisión permanente de aprendizajes, no perturbar ese contexto sino respetarlo absolutamente y usar sus recursos sólo cuando sea imprescindible y sólo por el tiempo que sea necesario.

 

Una de las lecciones primordiales que nos da la VIDA -la Naturaleza- es la idea de UNIDAD.

 

Más allá del color de la piel, de la apariencia física, de la cultura en la cual nacimos, de nuestras creencias, de nuestro género, más allá de cualquier rasgo distintivo como seres humanos, compartimos una identidad que nos hermana como especie y una finalidad común, con la cual iniciamos este viaje por nuestra existencia planetaria: la expansión de la conciencia.

Más aún, si ampliamos la visión y vamos más allá de nuestra identidad humana, compartimos la UNIDAD con la gran familia planetaria junto con todos los reinos.

 

Para oír la voz de esta UNIDAD necesitamos callar, hacer silencio para escuchar las otras voces, comprender sus códigos, sus mensajes y así, poder experimentar una comunicación profunda, que nos llevará a comprender la trascendencia que tiene para la evolución de la humanidad vivir plenamente el sentido de la UNIDAD.

 

La experiencia de la unicidad de todas las criaturas con un TODO mayor e Infinito, es la experiencia misma de la comunión de todos los seres, un vínculo esencial con cada pequeña partícula del Universo que precisamos resguardar, recuperar en nuestra conciencia humana y en nuestras acciones de todos los días.

 

Otra lección de nuestra “guía tutorial” es la experiencia del “aquí y ahora”, una práctica que se aprende día a día, en cada instante de nuestra vigilia y que presenta ciertas dificultades para el ser humano pensante y racional, que tiene el hábito de proyectarse hacia el futuro y el pasado con mucha facilidad.

 

En la naturaleza, el futuro nunca ocupa el lugar del presente y tampoco, el pasado. Los procesos de la vida son continuos, sin prisa ni pausa; siguen leyes constantes que marcan su ritmo y que permiten sostener un orden universal pulsando en la vida.

 

Si somos parte de este contexto planetario y universal… ¿por qué ser

-entonces- excepción a la regla? Estamos –por lo tanto- frente a un aprendizaje más, que nos posibilita esta guía “tutorial” de la naturaleza: “vivir en el presente”, lo cual nos da “presencia” dondequiera que vivamos, con quienquiera y cuando sea. Esta “presencia en el aquí y ahora” también nos ayuda a percibir la unicidad.

 

Los procesos de la vida fluyen… se adaptan dentro de un contexto para ser congruentes con todas las partículas y condiciones sutiles de ese contexto. Entonces, “aprender a fluir” es otra lección que nos da la Naturaleza. Los ríos sortean obstáculos, dejando que sus aguas sigan su camino… si procuramos aprisionarlas en un espacio más pequeño –por ejemplo- y fuera de su cauce natural, tal vez  los ríos desborden…

Por lo tanto, ¿por qué enojarnos con los eventos naturales en lugar de buscar comprenderlos dentro del contexto mayor del cual somos parte y percibir con los ojos del corazón su sentido, más allá de lo visible?

 

La Naturaleza deja en libertad todo aquello de lo que puede prescindir: las hojas secas se despegan de los tallos y vuelan al viento para ser abono de la tierra; las cigarras, las crisálidas se desprenden de sus vestidos “viejos”…  Soltar y desapegarnos de lo que ya no tiene sentido para nosotr@s, de lo que ya no precisamos, es dejar fluir la vida por sus cauces naturales.

 

Y podemos seguir…

¿La propuesta? Procurá descubrir otras lecciones que este “tutorial natural”  pueda poner a tu alcance para enriquecer tus aprendizajes de vida personales.

 

Una reflexión más…

¿Cómo es experimentar el Ubuntu con la Naturaleza?

Desde mi experiencia del Ubuntu, puedo decirte que…

 

El Ubuntu es un sentimiento que me posibilita la vivencia de ser UN@ con otro ser; de sentir que sólo soy lo que soy porque existe ese otro ser frente a mí o a mi lado… El espíritu del Ubuntu me vuelve consciente de que ese otro ser es quien facilita mi propia expresión en libertad (aunque a veces no me dé cuenta de esto); quien me permite verme reflejada en él como en un espejo vital…

 

Cuando la presencia o el paso por mi vida de otros seres humanos hacen posible mi propia transformación, me permiten expresar plenamente la voz de mi alma… y volverme consciente de esto, es también, una manifestación de la esencia de Ubuntu.

 

Y comprendo, que puedo experimentar este tipo de sentimiento, de percepción, con seres de todos los reinos planetarios, vivenciando Hermandad Infinita con cada pequeña partícula de este Universo y recibiendo una devolución en esta misma sintonía.

 

Entonces, me vuelvo parte del Orden Universal Supremo, que es el Cosmos, esta magnífica UNIDAD que nos trasciende, que es más allá de todas las individualidades y que nos nutre, fortalece y permite la experiencia profunda de esta sagrada UNIDAD en la diversidad.

Con UBUNTU experimento la compasión; acompaso el ritmo de todo y de cada pequeña parte de ese Todo. Ubuntu me permite la comunión, la comunicación de esencia a esencia. Es la sintonía con el Alma Infinita del Universo, con la Luz que habita en el centro de cada átomo, sintonizada con el Amor en su máxima expresión y que sostiene la gran trama vital planetaria.

 

Experimentar Ubuntu con la Naturaleza es encontrar en el corazón un espacio para la reconciliación con todos los procesos de la vida, con todos los seres de todos los reinos. Somos protagonistas, aún cuando parezca que estamos quiet@s, porque nuestra no-acción también es acción, porque nuestros pensamientos silenciosos también son palabras sonoras aunque no las expresemos a viva voz.

 

Te propongo sintonizarte con el espíritu Ubuntu… y recorrer tu propio camino, experimentando en tu vida cotidiana, en tu mundo de relaciones con todos los seres de todos los reinos, su maravillosa energía. Tal vez se convierta en un nuevo modo para encontrar respuestas a muchos interrogantes de nuestro día a día; para encontrar la forma de recuperar una vida plena y en armonía con nosotr@s, con otros seres humanos y con la gran diversidad de seres de todos los reinos planetarios.

 

Nuestra práctica cotidiana de Ubuntu -comprometida con su esencia- honra la vida en todas sus manifestaciones y -a través de ella- experimentamos en cuerpo, alma y corazón la alegría que emana de nuestro ser cuando somos auténticamente la Paz y el Amor que anhelamos se materialice en nuestro alrededor.

 

 

Esther Mónica Shocron Benmuyal

Embajadora de Paz -   Miembro Consejo de Paz de la República Argentina

 

 

 

 

 

 

 

Ilustrações: Silvana Santos