Semillas para la Vida

Una propuesta educativa, una elección de vida

¡¡¡Manos a la obra!!!

¡Pongámonos en movimiento para hacer realidad nuestros sueños!

Acción Quietud - Acción Quietud - Acción Quietud

El pulso de la Vida Los latidos del Tiempo

El vaivén de la Respiración El Ritmo de mis pasos

La danza del Corazón

Siempre tenemos oportunidades para aprender algo más usando recursos simples que nos brinda nuestro vínculo cotidiano con el medio ambiente natural. Y están siempre a nuestro alcance!!! Y no precisamos maletas para cargarlos!!!

Observando atentamente la naturaleza podemos descubrir cómo funciona la vida, darnos cuenta que aún lo que parece quieto va mudando, como la luz del amanecer o del atardecer… o el brote de un árbol que parece quedarse estático pero está lleno de movimientos pequeños que, por ejemplo, sólo notamos cuando su altura aumenta después de un tiempo. Aún cuando estamos en silencio contemplando el paisaje, podemos llegar a percibir los “sonidos del silencio”... Aún cuando “no hacemos” estamos en acción!!! Porque la decisión de permanecer… también es acción.

Acción y Quietud, dos actitudes que se acompañan mutuamente: Acción de la “No- Acción”

¡¡¡ Contemplemos el sol !!!

Amanece, el cielo apenas comienza a clarear, el silencio se vuelve más profundo aún… y en un instante, todo parece ponerse “en pausa”. Pero la vida está ahí, al alcance de todos, moviéndose misteriosamente más allá de las fronteras finitas de la mente. El día comienza. El sol asomará en un momento. Ya se escuchan las voces de los pájaros… aún en una ciudad populosa y van despertando, uno a uno, los sonidos citadinos cotidianos. Somos parte de todo este entorno. Preparemos ya nuestros ojos para la contemplación! Relajemos nuestra mirada, apoyándola sobre el horizonte oriental, hagamos una inhalación profunda alineando la columna vertebral, relajemos levemente las rodillas y enraicemos en el suelo nuestras plantas de los pies descalzos. Nuestro ser ya está pronto para entrar en contacto con el poder de la luz del sol.

Y ahora la propuesta es la experiencia personal de

TOMAR LA DECISIÓN de…

Iniciar una rutina de contemplar al sol y sostenerla a modo experimental por lo menos durante una semana, para darnos la oportunidad de descubrir… de sentir su energía fotónica en circulación, de tomar conciencia de nuestra esencia solar y del modo que esta rutina puede comenzar a modificar nuestras actitudes, percepciones, nuestra energía…. nuestra vida cotidiana.

Entonces… Manos a la obra!!! Tomá la decisión!!! y elegí un día de la semana para comenzar a despertar junto con el sol y seguir esta rutina –en principio- durante 7 días. A partir de este momento, cuando el cielo comience a clarear, iniciarás tu actividad cotidiana con esta rutina.

¿Qué harás? Abrirás los ojos bien abiertos y -conservando aún tu silencio personal entre sueño y vigilia- harás una inspiración profunda, moviendo el cuerpo lentamente y preparándolo para su plácida quietud, mientras dura “la contemplación”. Buscarás un lugar, ése en el que puedas sostener tu espacio de silencio y desde donde logres ver al sol cuando aparece en el horizonte. Procura sostener tu presencia en el “aquí y ahora” con todos tus sentidos en alerta máxima para captar los primeros sonidos del día, los primeros movimientos, las sensaciones del despertar de la vida. Pájaros, árboles, hasta el aire mismo saludarán al SOL… y vos, también. Podés utilizar un mantra que te ayude a aquietar la mente -como el Gayatri ₍₁₎ - y te mantenga en comunión con el SOL.

El primer día de esta rutina sólo precisarás 10 segundos e irás aumentando -en los días sucesivos- tu tiempo de contemplación, gradualmente de 10 en 10 segundos.

¿Cómo lo harás? Necesitas relajar la mirada, como cuando estás observando en cuerpo, alma y corazón una obra de arte, o cuando estás frente a la magnificencia de la Creación y te quedás mud@ de asombro! Entonces, durante los segundos que dure tu contemplación, tu cuerpo quedará quieto, tu mente serena, los sentidos alerta, tus ojos abiertos para recibir la luz del sol y dejarla entrar en tus profundidades. Viví tu experiencia plenamente! Dale a ella un toque sagrado, pues lo merece!

¿Qué sigue luego? Observarte a vos mism@, minuciosamente en tu día a día, registrando tu vínculo con la vida después de haber transcurrido una semana experimentando “tu momento de comunión solar”. Si algún día aparecen las nubes, seguirás cuando el sol vuelva a salir hasta completar el periodo de experimentación de la “semana solar”.

1. Gayatri: este mantra reverencia al Sol

Ponernos en Movimiento

“Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar” (Eduardo Galeano)

Nuestro oído capta esencialmente un rango de frecuencias sonoras; por debajo o encima de ellas, sólo nuestro cuerpo puede dar cuenta del efecto sonoro en el campo físico, pero no, nuestro oído. Percibimos con el cuerpo el movimiento de las ondas sonoras que estimulan nuestros múltiples sensores.

Aquí vamos nuevamente con la Experiencia Personal de…

Tomar la decisión de usar la Conciencia Testigo

Elegí un lugar al aire libre… en el que puedas entrar en contacto directo con tu entorno y experimentar sin interrupciones. Cerrá los ojos, mantené tu cuerpo relajado y quieto, las rodillas semi-flexionadas, los pies descalzos enraizados en el suelo. Sostendrás absoluto silencio para poder escuchar hasta los sonidos más diminutos. Tu conciencia testigo comenzará haciendo un registro prolijo y minucioso de cada sonido que te circunda. Dejá que ese mundo sonoro vaya colmando el campo de tu atención y que tu cuerpo reciba sus ondas y responda a ellas. Sólo observá y dejate llevar. Al poco tiempo notarás el movimiento, no lo detengas; seguilo con tu atención. Explorá tus movimientos y los sonidos. Tómate unos minutos para este juego de estímulo y acción, intensificalo. Luego, conservando tu conciencia en los sonidos, voluntariamente detené los movimientos de tu cuerpo, aquéllos que tu atención pueda registrar. ¿Podés realmente detener en forma absoluta e inmediata el movimiento de tu cuerpo? ¿Percibís nuevos sonidos? ¿y otros movimientos corporales? ¿Tal vez internos?

Podés hacer una experiencia similar con instrumentos musicales de percusión, con campanas tibetanas, con un gong, u otros que te inspiren para la experiencia.

Los sonidos producen movimientos y todo cuerpo en movimiento produce sonidos. Lo mismo ocurre en relación con nuestro cuerpo: el pulsar constante de sus sonidos se manifiesta en una sucesión de movimientos, a veces imperceptibles, pero existentes.

Recreando una experiencia de Pitágoras

Llená un recipiente con agua, golpealo con un martillo pequeño y escuchá con atención el sonido que produce. Sacá la mitad del agua del recipiente y volvé a golpear el recipiente con el mismo martillo. Nuevamente escucha atentamente y te darás cuenta que ese sonido ha subido una octava. Repite la experiencia con un tercio de agua, un cuarto, un quinto… los sonidos que vayas escuchando estarán en armonía con los anteriores, conformarán un acorde de armónicos. Probá ahora sacar agua pero en otras proporciones; escuchá atentamente los sonidos ¿y?… Notarás disonancias con relación al sonido original.

¿Cuál fue entonces la conclusión de Pitágoras?

Campos de resonancia

Para la física moderna la materia está conformada por “campos de resonancia” en los cuales todos sus elementos resuenan al unísono. Esta teoría fue tomada y ampliada por Rupert Sheldrake, quien desarrolló la teoría de Resonancia Mórfica o Morfogénica, vinculándola con los organismos biológicos que al resonar al unísono, comparten una conciencia o tal vez una información capaz de modificar conductas y actitudes en forma generalizada.

Los planetas tienen sus sonidos

También los planetas tienen sus sonidos sintetizados en notas musicales que los identifican y forman acordes armónicos enriquecidos por los múltiples sonidos emanados de todos los cuerpos en movimiento que habitan en cada planeta.

Pitágoras llamó a estos armónicos “Música de las Esferas”, esa perfecta armonía en la que se entrelazan música y matemática en una proporción ordenada y dinámica que identifica al Cosmos. Este orden de armónicos se expresa en grupos de octavas, que se transforman en patrones o moldes y se repiten en todo el Universo.

Para Pitágoras, la música es la vibración del Universo, cuyo pentagrama se basa en las proporciones y distancias que guardan los planetas entre sí y la música del ser humano es el eco de esas melodías del Cosmos.

La vida en la Tierra está afectada por la “música de las esferas”; sus armónicos inciden en los ciclos biológicos, en los ritmos de la naturaleza, en nuestro cuerpo físico y en el alma. Entrar en consonancia con ella nos vuelve al orden cósmico interno.

La música de las esferas también forma parte de un proceso interno que se manifiesta cuando hacemos silencio en nuestra mente para poder percibir esa trama de vibraciones en nuestro propio universo interior.

Te invito a seguir experimentando!!!

Lic. Esther Mónica Shocron B.

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