Estamos sendo lembrados de que somos tão vulneráveis que, se cortarem nosso ar por alguns minutos, a gente morre. - Ailton Krenak
ISSN 1678-0701 · Volume XXI, Número 86 · Março-Maio/2024
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Educação
28/05/2009 (Nº 28) De los errores a los aprendizajes
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Semillas para la Vida

Una propuesta educativa, una elección de vida

 

“De los errores a los aprendizajes”

“Errar es humano, perdonar, Divino”

Y aprender de los errores es nuestra responsabilidad!

 

 

Conectémonos por un momento con

nuestra historia personal…

 

 

Llevemos la atención a nuestra respiración y sigamos conscientemente su movimiento. ¿Cómo es su volumen, profundidad, ritmo, pausas –si las hay- calidad del aire que entra y sale de las fosas nasales? Tal vez aparezcan pensamientos, imágenes, sensaciones… pero recordemos que somos –en este momento- sólo testigos conscientes de nosotros mismos. Cuando percibamos calma en nuestros pensamientos y emociones, recordemos momentos de nuestra vida en los que cometimos errores… sobre todo,  procuremos conectarnos con esos que generaron nuestro enojo. Entremos en contacto con esas circunstancias y elijamos una de ellas para investigar. Iniciemos el recorrido, observando minuciosamente los pasos previos a cometer el error… y los que siguieron  a la equivocación.

¿Modificamos nuestra conducta después que nos equivocamos? ¿Cómo nos  sentimos al descubrir el o los errores? ¿Qué pensamos? ¿Cuál fue nuestro primer impulso? ¿Qué hicimos concretamente?

Caminemos en el tiempo y recordemos si repetimos el mismo error…

 

 

 

¿Podés reconocer los aprendizajes que surgieron de tus errores?

 

 

 

 

 

Te propongo transitar el camino desde los errores hasta su transformación en sabiduría cotidiana; esto fortalecerá los vínculos con la vida en su máxima expresión.

Étoile à 16 branches: ¡Comencemos!

 

Este recorrido se parece al que hacemos para recuperar la salud; incluye cambios mentales, emocionales, físicos y espirituales, es decir, los que acompañan a la expansión de la conciencia.

Atraviesa 7 fases que son procesos cíclicos, expansivos y personalizados. Cada una nos exige cambios más profundos y sutiles y una mayor aceptación de nosotros mismos, con la libertad de elegir hasta dónde queremos llegar y de qué modo hacer el camino.

 

 

Es necesario admitir -en primer lugar- la existencia del error o del problema e ir hasta el fondo en la experiencia. Cuando nos equivocamos o nos encontramos con un obstáculo/problema, nuestra energía se perturba, nos sentimos “mal”, nos enojamos, nos ponemos de malhumor, hasta vemos afectadas nuestras funciones vitales; no desarmonizamos. Entonces, inmediatamente es necesario que asumamos nuestra responsabilidad para poder trascender el error o la dificultad y completar el o los aprendizajes que nos permitirán fortalecer los lazos con la vida.

 

¿Qué ocurre en cada fase?

 

Primera fase: Negación

Ante circunstancias difíciles en la vida, generalmente, tratamos de estar exentos de la experiencia de atravesarlas y recurrimos a la negación debido al miedo. Es apenas una defensa transitoria para darnos tiempo y prepararnos para aceptar lo que sigue. Darnos ese tiempo es importante.

Posiblemente, en esta fase, sólo hablemos del problema con aquellas personas que nos inspiran confianza y comodidad; influyen también los sentimientos que ellas puedan tener con relación a circunstancias similares.

La negación sirve para impedirnos  ver aquello para lo que creemos no estar listos para enfrentar. Desaparece cuando nos sentimos preparados. Si la negación es persistente es necesario tratarla con delicadeza y suavidad para superarla amorosamente.

La experiencia de compartir facilita la superación del miedo, lo transforma y podemos pasar a la etapa siguiente.

 

Segunda fase: Odio-Enojo-Bronca-Ira

Cuando aparecen el enojo, la ira, el odio o el resentimiento generalmente son proyectados hacia el entorno afectivo cercano (familia, amigos, terapeuta).  Las reacciones más comunes del entorno son la vergüenza, la culpa, el llanto, el dolor, incluso, el abandono. Estas situaciones probablemente acrecienten el malestar, la ira, el enojo. Lo importante es tener presente que sólo es una etapa.

Cada persona la vive y experimenta a su manera; algunas lo viven como un estallido, otras pueden transitar alternadamente entre el odio y la negociación.

 

Tercera fase: Negociación

Cuando el odio no proporciona lo deseado, inconscientemente se busca la negociación, que en la mayoría de los casos, se inicia con DIOS, haciendo promesas a cambio de la ayuda para salir de la situación perturbadora que por lo general, se mantiene en secreto.

En esta fase se buscan aliados para evitar hacerse cargo y enfrentar la realidad. Esto forma parte de la negociación aunque no se esté consciente de eso. Cuanto más se negocia mayor es la depresión que se siente luego de negociar porque existe un sentimiento de culpa subyacente que impide obtener los resultados deseados.

 

Cuarta fase: Depresión

La depresión es ese estado emocional que experimentamos cuando disminuye nuestra energía hasta niveles muy bajos y sentimos sensación de desesperanza y falta de fe. Aparentemente, mostramos desinterés por esto pero en el fondo sí nos importa, sólo que no podemos expresarlo ni dejar salir la tristeza y quisiéramos evitar que los demás se dieran cuenta de esto, reprimimos nuestros sentimientos. Con la depresión se interrumpe el flujo de energía a través del campo vital.

 

Algunas causas que nos ayudan a comprenderla:

1)   Rechazamos la negociación porque procuramos curarnos rechazándonos, en lugar de buscar realmente soluciones.

2) Experimentamos sentimientos represivos de pérdida: cuando estamos en dificultades o nos dimos cuenta que nos equivocamos,  aparece una sensación de pérdida al tener que abandonar, por ejemplo, actitudes o puntos de vista equivocados. Impulsivamente tratamos de evitar desprendernos de lo que nos llevó al error y caemos en depresión. Pero si nos permitimos sentir la pérdida, la depresión da paso a la aflicción y nos pone en camino a la siguiente etapa: la aceptación.

3)  Cuando utilizamos alternativas impuestos desde afuera, de acuerdo con la modalidad de otros y sin estar en sintonía con nuestra propia naturaleza personal, se produce un desequilibrio en nuestros procesos internos que nos lleva a la depresión.

4) El exceso de autocrítica y auto rechazo originan depresión hasta que las abandonamos y podemos avanzar hacia la aceptación.

 

Quinta fase: Aceptación

Cuando ha transcurrido el tiempo necesario (depende de la necesidad de cada uno) para transitar las etapas anteriores, se accede a un estado en el cual buscamos que nos dejen en paz; procuramos el silencio, o  simplemente, nos comunicamos por medios no-verbales. Ha llegado el momento de prepararnos para el cambio.

Esta etapa nos permite conocernos mejor, descubrir nuestras necesidades reales, sentirlas claramente. Nos cuidamos de un modo que no habíamos experimentado antes; a veces abandonamos viejas amistades, tal vez temporalmente, hacemos otras nuevas y realizamos cambios en nuestra vida que facilitan el proceso de transformación.

La aceptación requiere fe y fortaleza; es importante rendirnos ante la fuerza superior que anida en nuestro interior.

 

Nota: A veces la aceptación se vuelve intermitente.

 

Sexta fase: Renacimiento

Es el momento de reencontrarnos con nosotros mismos; de tener un nuevo enfoque o visión de la vida. Mantener la paz, la soledad, el silencio se vuelven condiciones fundamentales para entrar en comunión con nuestro ser esencial y rearmonizar nuestras energías.

El enfoque de la experiencia del pasado y del presente se renueva y se recontextualiza. Ahora es posible comprender, cambiar lo que sea necesario y trascender los errores o dificultades.

El cambio más notorio es el de actitud frente a la vida, que nos permite iniciar de adentro hacia fuera el verdadero proceso de transformación personal.

 

Séptima fase: Creación de una “vida nueva”

Cuando avanzamos en este proceso de evolución personal todas las áreas de la  vida se ven afectadas. A partir de esta etapa comenzamos a vivir más honestamente, corremos los velos que desfiguran la realidad y comenzamos a vernos tal como somos, aceptando incluso aquellas partes que nos desagradan, haciendo posible la transformación deseada. Crecen la humildad, la fe, el amor y la autovaloración; los cambios internos trascienden en cambios externos, que a través de la fuerza creativa personal pueden manifestarse también en nuestro entorno personal.

 

 

Una propuesta lúdica

 

“El Juego de los 7 errores”

 

Divide en 2 partes una hoja en blanco.

En el sector que queda a tu izquierda, escribe 7 errores que reconozcas como propios, que hayan dejado una huella notoria en tu camino de crecimiento y que estén vinculados a situaciones de convivencia con personas, elementos de la naturaleza y objetos culturales y de uso cotidiano. Representa a cada uno de ellos con un dibujo simple y dale color.

Luego, tras un breve ejercicio para serenar tus emociones y aquietar tus pensamientos, quedate en silencio observando lo que representaste en ese sector de la hoja.

Después, comienza a dibujar en el sector de la página a tu derecha, a modo de correspondencias, aquellos diseños que representen la transmutación de cada uno de los errores que figuran en el primer sector. Podés hacerlo tomando uno de los errores por vez, siguiendo simplemente el impulso de tu inspiración hasta completar todas las opciones posibles de transmutación de tus errores en aprendizajes.

Al finalizar, al pie de la página, escribe 7 emociones y/o sentimientos que despierten esos aprendizajes o cambios de vida y poneles color!

 

 

Una tradición antigua para sanar de nuestros errores

HO’ OPONOPONO

¿De qué se trata? ¿Qué es?

 Es un método Hawaiano de sanación, muy antiguo que ha sido actualizado y nos enseña a liberar bloqueos y problemas que nos desarmonizan.

Esta técnica de sanación de la Tradición Huna, basada en creencias  y tradiciones hawaianas, ha sido rescatada por el Dr. Leen (Ihaleakala Hew Len). Su significado es “corregir un error”, “hacer lo correcto”, para lo cual sólo es necesario percibir la existencia de las situaciones emocionales, mentales o físicas que nos estén abrumando y asumir la responsabilidad de iniciar inmediatamente la sanación de la esencia de esas situaciones, expresando desde el corazón el auténtico arrepentimiento, pidiendo por favor y perdonando genuinamente.

¿Cuál es su objetivo?

Recuperar la paz y el equilibrio de un modo simple y efectivo, purificando la mente y el cuerpo físico a través del arrepentimiento, el perdón y la transmutación.

Cualquier persona independientemente de edad, sexo, cultura, puede utilizar Ho’ Oponopono sin limitarse en las veces que recurra a él, por cuanto su sentido profundo es transmutar en LUZ los propios pensamientos, los de la familia, los de los ancestros y descendientes, purificando los pensamientos tóxicos que dividen la percepción.

¿Qué podemos lograr por medio de Ho’Oponopono?

*Conocer realmente quiénes somos

*Descubrir nuestra identidad

*Resolver problemas y liberarnos de los que nos causan desequilibrio y enfermedad

*Transformar aquellos patrones limitantes de pensamientos, como por ejemplo, los miedos

*Transmutar las memorias dolorosas sin necesidad de revivirlas

*Facilitar la transformación de nuestro entorno a través de nuestra propia transformación, en tanto reconozcamos que somos la suma total de los pensamientos, emociones, acciones y elecciones del pasado que han quedado en la memoria celular.

*Perdón, transmutación, paz interna y paz externa


El aspecto terapéutico del Ho’Oponopono se manifiesta cuando aceptamos que somos únicos responsables de nuestra vida y de los eventos externos que nos afecten directa o indirectamente. La sanación se manifiesta con el perdón genuino y un profundo sentimiento de amor trascendente e incondicional al momento de solucionar o enmendar internamente, un problema o error.

 

¿Cómo se hace?

 

Simplemente, asumiéndonos responsables, conectándonos con la Fuente Suprema de Energía y diciendo

LO SIENTO
PERDONAME

TE AMO
GRACIAS

Esta práctica la hacemos para limpiar nuestras memorias de pensamientos y emociones dolorosas a través de nuestro vínculo con la Energía Suprema. En realidad, el problema no es el otro sino los pensamientos que tenemos acerca de esa persona. Por eso, es fundamental comprender que cuando observamos un problema en otro, estamos viendo en esa persona sólo un reflejo de aquella memoria guardada en nuestro subconsciente. Pero como esas memorias son compartidas… al limpiarlas en nosotros las estamos limpiando en el Todo.

Además, como esas memorias, nos demos cuenta o no, se proyectan permanentemente, creando nuestra realidad e impulsándonos a repetir los mismos errores y experiencias pasadas, tenemos la ilusión de que el problema está afuera, en los demás y derrochamos energía procurando cambiar a los otros; o cuando el problema sí es del otro, nos alejamos para sentirnos más confortables, pero continuamos interfiriendo a través de pensamientos y enjuiciamientos, olvidándonos que “el otro” también somos nosotros mismos.

 



 

Lic. Esther Mónica Shocron B.

semillasparalavida@yahoo.com.ar

Ilustrações: Silvana Santos