Estamos sendo lembrados de que somos tão vulneráveis que, se cortarem nosso ar por alguns minutos, a gente morre. - Ailton Krenak
ISSN 1678-0701 · Volume XXI, Número 86 · Março-Maio/2024
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Educação
14/03/2008 (Nº 23) Las historias cotidianas pueden ayudarnos en nuestros cambios personales y grupales
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Revista eletrônica Educação Ambiental em Ação 23

Semillas para la Vida

 

Una propuesta educativa, una elección de vida

Educar desde la Esencia

 

Las historias cotidianas pueden ayudarnos en nuestros cambios personales y  grupales

 

Siempre es mejor encontrar el centro y balancearnos dentro de un rango de equilibrio a su alrededor que apegarnos a los extremos.

 

Todos los días podemos utilizar nuestras historias de vida como un pequeño laboratorio ambulante, que con preguntas y respuestas nos van dando una mano en los procesos de transformación personal y grupal.

 

En nuestro cotidiano, pasan cosas con el clima, por ejemplo, que en los últimos años nos han dejado mudos de asombro en cada circunstancia.

 

Pareciera que en algunas regiones de nuestro planeta hemos perdido la clásica y conocida diferencia de estaciones (primavera, verano, otoño, invierno). Observamos en las plantas floraciones extrañas a la época del año; hojas verdes en otoño en árboles que las han tenido rojas, naranjas o descoloridas en otros tiempos que nuestra memoria aún guarda en su recuerdo.

 

Pasan cosas con nuestro universo conocido. Somos testigos de cambios cósmicos que hasta hace unas décadas sólo aparecían en filmaciones aventuradas y creativas, con grandes efectos especiales que conmovían a los espectadores en las salas de proyección. Pero ahora, se han metido en nuestras vidas cotidianas en vivo y en directo!!

 

En lugar de obsesionarnos en la búsqueda de responsables o paralizarnos de miedo frente a sentencias que presagian la destrucción total; en lugar de dejar de disfrutar de la vida presuponiendo que ya no hay nada qué hacer, hagamos algo al respecto y consideremos a estas situaciones, nuestra fuente de inspiración para hacer pesquisas que nos ayuden a evolucionar como seres únicos e irrepetibles y como humanidad y a poner en marcha nuestra capacidad de co-crear alternativas que nos ayuden a honrar la vida.

¿Cambio Climático o Revolución Climática?

 

En estos tiempos, todo lo que acontece en cuanto al clima escapa de nuestra idea de cambios paulatinos, al menos para nuestro campo perceptivo habitual.

 

¿Cambio o revolución?

Son dos palabras que sugieren transformaciones con diferentes ritmos. Cambio, inspira un proceso ordenado, paulatino, con una velocidad que nos permite ir observando pasa a paso la transformación; revolución, da la idea de procesos rápidos, de transformaciones radicales y profundas, donde casi en un abrir y cerrar de ojos, lo que estaba ya no está, o bien, los cambios han sido tales que todo parece “nuevo”.

 

Comprender puede ser en una clave en los procesos de expansión de la conciencia y ésta, la clave para la evolución de la humanidad.

 

Te propongo, entonces, montar un laboratorio ambulante para que puedas llevarlo dondequiera que vayas y recurrir a él cada vez que sea necesario. Éste es un recurso accesible que nos asombrará con su poder como guía para aprender de la vida misma, en el camino de crecimiento personal.

¡Aquí vamos! ¡Manos a la obra!

 

Voy a contarte una historia para comenzar

 

Llovía sin parar. Día tras día sólo veíamos nubes y agua por todos lados. Apenas asomábamos la nariz por las ventanas sentíamos la humedad del aire que presagiaba la continuidad de la lluvia. El sentido del humor a duras penas nos mantenía en pie y poco contribuía con las relaciones cordiales entre todos nosotros. Poco a poco, mantenernos en armonía resultaba más difícil; nos dábamos cuenta que el exceso de humedad, la permanencia de las nubes y la ausencia del sol iban cambiando nuestro carácter, afectaban nuestros estados internos, perdíamos la paciencia más rápidamente, nos sentíamos molestos por cualquier cosa que contradijera nuestras expectativas; nuestro cuerpo se hinchaba con tanta humedad y nos generaba una incomodidad también física. Queríamos ver el sol YA!, sentirlo, respirarlo.

Y nos preguntábamos: ¿Por qué? ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué nos afectaba? ¿Hasta cuándo?

Entonces recordé algo que leí de San Francisco de Asís:  “Señor, haz de mi un instrumento de tu paz… donde haya desesperación ponga yo la esperanza, donde haya tinieblas ponga yo la luz…” ¡La mente suele hacer asociaciones libres! Y ellas, se vuelven inspiradoras.

Así fue que esas simples palabras tuvieron un efecto inmediato en mi estado de ánimo y me permitieron recordar que existen circunstancias externas que no tengo el poder  de cambiar, pero sí puedo modificar mi actitud frente a ellas y generar en mí algo más de sabiduría. Inmediatamente, mi memoria inició un recorrido por un extenso archivo de conocimientos previos y la mente comenzó a hacer una serie de relaciones interesantes que contribuyeron a modificar actitudes personales y del grupo.

Y una nueva pregunta apareció en el aire: ¿Qué podemos aprender de esto? A partir de ella comenzaron a fluir reflexiones, nuevas preguntas, expresiones ocurrentes con más sentido del humor e incluso, observaciones profundas y cercanas a una investigación casi científica. Teníamos frente a nosotros una nueva opción: experimentar y descubrir caminos de crecimiento.

 

Algunas preguntas inspiradas en esta historia de vida

 

Observando con atención los hechos y comentarios, quizás las musas intervengan guiando la secuencia de preguntas e interrelaciones de respuestas. Tal vez surjan algunas hipótesis que puedan convertirse en conclusiones interesantes y útiles para nuestros cambios personales y grupales necesarios.

 

Somos seres solares, necesitamos del sol para vivir. La luz incide en los procesos de crecimiento, en las transformaciones químicas y fisiológicas, en la armonía de las emociones.

 

¿Qué ocurre con todo esto cuando la clara luz solar se ausenta por mucho tiempo?

¿Cómo nos afecta una larga secuencia de días nublados, sin sol, con nubes oscuras y pesadas, que nos obligan a permanecer con luz artificial?

También podríamos preguntarnos cómo nos sentimos cuando permanecemos mucho tiempo en un lugar con poca luz natural y cómo, cuando el espacio está ampliamente iluminado por ella.

 

Exploremos un poco más, preguntemos a otras personas, hagamos un archivo de respuestas, comparemos y recordemos otros conocimientos previos que podamos relacionar con todo ese material. Hagamos experiencias directas.

 

¿Probaste alguna vez permanece varios días durmiendo en un cuarto húmedo y con poca luz? ¿Cómo fue tu descanso, cómo se sentía tu cuerpo al despertar por la mañana?¿y tu estado de ánimo?

 

Es interesante experimentar de este modo, asumir el rol de científico “lúdico”. Lo valioso, es ir observándonos en el proceso; cómo van cambiando nuestros hábitos pensantes, nuestras actitudes, como se va expandiendo el cambio a otros, casi sin hablarlo.

 

Todo tiene que ver con todo

 

Sabemos que somos parte de un universo mayor en el cual, todo lo que altera a una parte de él afecta también a la totalidad. Tengo la certeza interna que esto es así; que “no puedo cortar una flor sin que se entere una estrella”; que todo lo que hacemos incide en nuestro entorno así como él incide en nosotros y en nuestras vidas.

 

Somos parte de una inmensa red en la cual cada hebra es importante para la totalidad y la tensión de cada una de ellas incide en la tensión de toda la trama.  Nuestras respuestas generan conductas, actitudes, en nosotros y en los demás Por eso es importante ser muy cuidadosos con nuestras sentencias, con lo que decimos, con lo que afirmamos acerca la vida, del planeta, de lo que vendrá. Es importante aceptar con humildad los límites de nuestro conocimiento y hacer silencio cuando sea necesario.

 

La historia que conté es una historia reciente; tiene apenas unos cuantos días, durante los cuales parecía que el universo cercano seguiría sumergido en una gran nube, en la bruma de las playas, en la niebla de las ciudades; el sol casi no se asomó por más de 12 días, llovía y se sucedían tan vertiginosamente situaciones climáticas inéditas, que se tornaban desconcertantes todos los cambios que ocurrían en apenas una hora. Algunas situaciones eran violentas y alarmantes, sumergiendo bajo el agua y a veces, bajo el lodo, pedazos de ciudades, caminos y viviendas. De pronto era difícil comprender lo que estaba pasando y aceptar tanto gris, tan poco sol  y el juego indeciso del frío-calor.

 

Seguramente encontrarás historias similares, incluso tu propia historia. Todas ellas, posiblemente, nos impulsarán a preguntarnos, a reflexionar, a “sumergirnos” en  busca de conocimientos que agreguen sabiduría a nuestras visiones para poder aplicarla a nuestra evolución personal y de toda la  humanidad.

 

Más preguntas:

 

¿Qué estamos haciendo como seres humanos, planetarios y cósmicos con nuestra Madre Tierra? ¿En qué medida hemos desarrollado en nosotros y en el grupo esta conciencia de triple identidad?

 

¿Qué incidencia real tienen nuestras acciones con lo que está sucediendo?

 

¿Estos acontecimientos son parte de las consecuencias del calentamiento global?

 

¿Cuáles serán los cambios apropiados que hemos de llevar a cabo acompañando estos procesos, para evitar la destrucción del planeta que nos da hospedaje?

 

¿Somos realmente únicos responsables? ¿O esto también es parte de procesos cósmicos propios de la evolución universal?

 

Algo más para aportar a estas pesquisas

 

La teoría de los 5 elementos considera que los agentes externos (el viento, el frío, el calor, la humedad, la sequedad) influyen en nuestra vida, en la salud de nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones, y siendo así, cualquier modificación que se produzca afuera provocará una modificación adentro; ¿y viceversa?

 

En la edición anterior, figuran algunas informaciones acerca de esta teoría y sus relaciones de totalidad entre el cuerpo físico, las emociones, las energías, las estaciones del año. Hablamos también de los procesos constructivos y destructivos para comprender cómo todo tiene que ver con todo.

 

Podemos continuar poniendo un poco de luz en nuestra búsqueda de respuestas agregando algunos datos más.

La humedad, por ejemplo, afecta al Bazo-páncreas /estómago; estos a su vez se relacionan con los pensamientos reiterados, las preocupaciones, “los rollos internos”; también, con pensamientos obsesivos; por lo tanto la humedad en exceso influirá en estos estados internos de la mente y en las emociones.

 

El frío afecta los riñones y la vejiga que se relacionan con los miedos. Si observamos nuestro cuerpo cuando tenemos miedo comprobaremos que se contrae, los músculos se tensan, de modo similar a cuando sentimos fríos, se incrementan nuestras micciones, entre otras consecuencias.

 

El viento afecta al hígado y la vesícula, que se vinculan con la ira y el enojo; cuando el viento es continuo y no para, nos volvemos más irascibles, perdemos la paciencia más fácilmente, se altera nuestro sueño y el descanso corporal.

 

Ahora, dejo espacio para tu reflexión y pesquisa personales y compartidas con amigos, colegas y vecinos. Toma esta información y aplicala a la historia que leíste, o a alguna otra situación que haya ocurrido en tu vida cotidiana y que se vincule a las relaciones sostenidas con el medio ambiente en el cual vivís. Tomá nota de tus observaciones y compartilas con otros, a quienes hayas sugerido acompañarte en estas pesquisas.

 

En nuestro laboratorio ambulante, las respuestas son halladas con el corazón y él se convierte en el inspirador de nuestra mente pensante, que nos liberará de extremismos u obsesiones de cualquier orden, para poner luz a lo aparentemente inexplicable.

 

Alguien dijo una vez: “DIOS, dame Serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, Valor para cambiar aquellas que sí puedo y Sabiduría para conocer la diferencia”.

 

 

Esther Mónica Shocron Benmuyal

 semillasparalavida@yahoo.com.ar
Ilustrações: Silvana Santos