Estamos sendo lembrados de que somos tão vulneráveis que, se cortarem nosso ar por alguns minutos, a gente morre. - Ailton Krenak
ISSN 1678-0701 · Volume XXI, Número 86 · Março-Maio/2024
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Educação
09/03/2005 (Nº 12) “SEMILLAS PARA LA VIDA” - Educación desde la Esencia
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“Semillas para la Vida”

 

 

 

“Estoy parada en silencio, contemplando el paisaje; me siento pequeña ante la majestuosidad de estos hielos gigantes, azules, con algunas manchas pardas oscuras. Es un rincón de nuestra Tierra, bien al sur del continente americano, casi donde termina el mapa de la Argentina. No es cualquier lugar; tiene magia, tiene poder; es absoluto y sobrecogedor. Es imponente y solemne. Es sagrado.

 

Casi me quedo muda ante su presencia; es injusto limitar esta experiencia profunda a unas cuantas palabras. Mi corazón late con fuerzas; siento el frío en mi rostro, el aire húmedo y la llovizna, pero no me incomodan. Estoy acá, increíblemente traída por la vida hasta este rincón del planeta. Sé que todo tiene un motivo, pero no me he puesto a buscarlo; sólo quiero sentir, dejarme llevar hasta donde he de llegar. No quiero que las preguntas me distraigan. Shhh!!! Silencio.

 

Mi cuerpo se siente confortable; mi menta serena y mi corazón activo. Las nubes cubren el cielo con blancos y grises; los hielos permanecen … ¿permanecen? De pronto mi corazón da un salto; siento que los hielos no permanecen; escucho un trueno lejano, luego,  otro; son partes del glaciar que caen a las aguas gélidas del Lago Argentino. Siento ganas de llorar; son esas lágrimas que brotan de las profundidades desconocidas de mi propia esencia;  es como un grito ahogado; ¿de dónde viene? Tal vez, de la naturaleza que pide auxilio. No estoy delirando! Apenas estoy con mi sensibilidad a flor de piel y la conciencia expandida más de lo que podría imaginar; de repente no sé si me he convertido en el mismo glaciar; siento el impulso de abrazar su inmensidad con los brazos del corazón, esos brazos extensos que abarcan horizontes ilimitados. Me siento en estado de Gracia.

 

No comprendo aún el significado pero sé que tengo que compartirlo. Es tan poderoso este sentimiento, que me impulsa a hacer lo que estoy haciendo: escribir y compartir mi experiencia.

 

Camino lentamente en ascenso por el glaciar; me siento en comunión con todo lo que me rodea. Mis ojos contemplan, silenciosa mi mente y murmurante mi corazón; mi respiración sigue el compás.  La vida está aquí; está más allá de los rincones que pueden ver mis ojos. Mis oídos pueden llevarme más allá de la mirada hasta descubrir los sonidos más leves y distantes. Soy un componente más; sin mi presencia esto tampoco sería posible; si no estoy aquí con mis pies en el hielo, con mis manos al aire, con mis ojos abiertos, mis sentidos alerta y el corazón sin corazas ¿quién podría ponerle voz al glaciar?

 

Mis pies se clavan alternadamente en la superficie helada, por tramos transparente y azulada, agrietada y filosa; con lagunas azules, quietas y mudas. Siento que desde mis pies crecen raíces hacia el interior del glaciar que me sostienen unida a él.

 

Escucho el viento traspasar las montañas silenciosas y heladas; es tan difícil transmitir este sentimiento que brota desde el centro de mi ser como comprender -si no se vive la experiencia-. Me reconozco porque soy parte y no estoy aparte.

Siento la llovizna fría y constante sobre mi cara; no me molesta. Estoy en comunión con la naturaleza y eso hace todo confortable, fluido y sereno. No hay reclamos sino aceptación.

 

El ascenso en fila continúa con pequeños altos para contemplar y guardar en la memoria; todo el grupo sigue la huella  marcada por los guías de camino. Hay voces, risas, los clicks de las máquinas de fotos, los silenciosos paseos visuales de las filmadoras, ojos al acecho de las imágenes; pero yo necesito quedarme en silencio por unos minutos; preciso aquietar mis pensamientos; parar las preguntas; detener la marcha y evitar las interferencias externas e internas.

 

Siento la urgencia de ir hacia adentro y arrodillarme ante esta sagrada inmensidad; quiero dar las gracias por haber llegado hasta este lugar. Es un acto casi reflejo, como si fuera el único posible en este momento.

 

Somos tan pequeños… Tenemos tanto que aprender aún para cuidar aquello que la vida nos ha dado en custodia; no somos los dueños, apenas somos los guardianes, tal vez, ángeles custodios de todo esto que merece nuestro respeto absoluto y permanente, porque sin todos los componentes de nuestro planeta, nosotros no tendremos sentido para nuestra existencia en él; y todo aquello que pierde su sentido de existencia DE-SA-PA-RE-CE.

 

Al partir hacia El Calafate y Ushuaia, sabía que había un antes y un después; que la experiencia -cualquiera fuera- ayudaría a mi conciencia a expandirse; que una parte de mí quedaría entre los glaciares y los mares del sur y se ampliarían mis horizontes de comprensión y comunión con la esencia de los demás seres y elementos de mi entorno.“  (Mónica Shocron- verano de 2005)

 

 

(foto glaciar Perito Moreno- cumbres)

 

 

 

 

 (foto: acariciando el alma del glaciar PM)

 

 

 

(foto: pedacitos del glaciar PM)

 

 

 

¿QUE ES UN GLACIAR?

Es un río de agua dulce en estado sólido; masa de hielo y nieve en continuo desplazamiento, cuya velocidad varía según la pendiente y el volumen. Se forma por acumulación de una gran cantidad de nieve en la parte superior, llamada ventisquero -región de nieves eternas-. La acumulación de varias nevadas produce la liberación del aire por su peso e inicia el proceso de formación del hielo glaciario - masa cristalina azulada– Los “cristales de nieve” que se funden formando “gránulos” más comprimidos se transforman en una masa densa y opaca –neviza- hasta convertirse en un geloide adquiriendo mayor transparencia y dureza. Son necesarias grandes nevadas y una temperatura media anual que  permita la conservación de esa nieve caída. El color verdoso azulado -conocido como “leche glaciaria”- proviene de las partículas minerales suspendidas en el agua derivadas de la erosión provocada por los glaciares en sus lechos rocosos. 

En función de su morfología se los clasifica en:

Indlansis: enormes superficies horizontales de hielo (Hielo Continental Patagónico).

De circo: Ocupan las partes superiores de los circos montañosos.

De valle: Discurren por un valle definido.

Piedemonte: Los de valle que al llegar al llano ensanchan su frente en forma de abanico.

Compuesto: Los alimentados por otros menores cuyos costados engrosan su caudal

De calving: cuando su frente está en contacto con el agua, perdiendo gran parte de su masa con el desprendimiento de témpanos –como del glaciar Perito Moreno que está en el Lago Argentino, Provincia de Santa Cruz-

Aspectos comunes

Morenas: las líneas oscuras sobre un glaciar que son acumulaciones de bloques de rocas, arena y arcilla transportadas por éste, de gran importancia ya que denotan las pasadas posiciones de un glaciar. En función de su posición se pueden clasificar en laterales, centrales, de fondo y terminales.

Serac: Bloques de hielo agrietados, originados por los cambios de pendiente y velocidad del curso del glaciar. Parecen cascadas de hielo.

Bloques erráticos: rocas de diversos tamaños llevados por los glaciares y diseminados por los valles en su retirada.

Témpanos o icebergs: masas de hielo de diferentes tamaños y formas  espectaculares; se desprenden de un glaciar de morfología de Calving por la ablación y el movimiento del agua y son llevados por los vientos,  navegando en distintos canales. Su color azulado se debe al grado de compactación del hielo y el efecto de refracción de la luz.

 

Fenómeno de ruptura

El Glaciar Perito Moreno desciende de la Cordillera de los Andes en dirección al Lago Argentino. Es un verdadero río de hielo que en ocasiones supera el Canal de los Témpanos, llegando a tocar parte de la costa opuesta al valle del glaciar (Península de Magallanes). Se produce una obstrucción del drenaje del Brazo Rico (Brazo Sur – Lago Roca), hacia el Lago Argentino con el consiguiente embalse de esta porción lacustre. Al elevarse las aguas del Rico (en 1942 -en su segunda ruptura- la diferencia de nivel de las aguas llegó a 19 metros provocando la máxima inundación registrada de este Brazo hasta el momento), la presión ejercida sobre la pared del glaciar va en aumento y la erosión del hielo y filtración también aumentan de manera proporcional. Se va formando un túnel de hielo, que vuelve a comunicar las dos cuencas lacustres momentáneamente separadas. La velocidad de drenaje (producida por la diferencia de nivel de los lagos) amplía el túnel hasta que se destruye. Una vez equilibradas las dos cuencas, el glaciar vuelve a obstruir el canal y se reinicia el ciclo. Estos ciclos no han sido tan exactos como se piensa; la última ruptura se registró en el 2004 (la anterior fue en febrero de 1988); las condiciones derivadas del cambio climático permiten observar que es posible que sus ciclos se modifiquen acortando el intervalo entre una ruptura y otra.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(fotos) Secuencia del rompimiento del glaciar Perito Moreno-

El Calafate- Provincia de Santa Cruz- Argentina

 

 

 

 

 

 

 

¿Podemos descubrir y experimentar la esencia de la naturaleza?

 

 

Cuando nos dejamos penetrar por la naturaleza sin ofrecer resistencia, permitiendo que nuestra sensibilidad se expanda al máximo posible, nos volvemos agua, lluvia, nieve, glaciar, tierra, roca, planta, pájaro; somos viento,  sol, un granito de arena o  de grava o cualquier elemento de la Creación.

 

Nuestra conciencia adquiere tal claridad que podemos comprender lo que nuestro intelecto tantas veces limita con su mundo de ideas y modelos. Podemos sentir desde nuestro ser esencial, sin barreras de ningún tipo. Entramos en una dimensión diferente, en una experiencia profunda, difícil de explicar y de medir; entramos en ámbitos sutiles e infinitos.

 

El silencio vibra y nos conmueve así como lo hacen las voces de la naturaleza. Nos sentimos en el corazón de Dios, viviendo el estado de Gracia. En ese instante somos la Totalidad.

 

Esta experiencia es profunda y silenciosa. Se vuelve un poderoso factor de transformación, trasciende las fronteras intelectuales, amplía los horizontes de comprensión de nuestra propia existencia con relación a todo el Universo manifiesto y anida en cada una de nuestras células.

 

¿Cómo podemos experimentar profundamente la naturaleza?

 

Es importante conectarnos con la belleza profunda de lo intangible de la naturaleza; ir más allá de nuestros sentidos  físicos y penetrar en ella. 

 

Comencemos por liberarnos de nuestras corazas intelectuales para aumentar nuestra receptividad. La contemplación silenciosa nos permitirá llegar a la esencia de todos los seres y elementos del mundo que nos rodea.

 

Contemplar es mucho más que mirar en la superficie; es sostener una mirada silenciosa para descubrir los detalles más pequeños hasta que todo lo que observemos adquiera vida y percibamos sus pulsaciones.

 

La contemplación silenciosa nos prepara para el aprendizaje profundo. Nuestra sensibilidad se ampliará y despertará la curiosidad de nuestro espíritu, que indaga y busca información y conocimiento.

 

La atención y la observación consciente facilitan la dinámica de los procesos de aprendizaje evitando que nuestros pensamientos se dispersen y nuestra mente se vuelva ruidosa y agitada.

 

De este modo  estaremos más conscientes del mundo externo y de todo aquello que perciba nuestra intuición; podremos penetrar sensiblemente en los ritmos de la naturaleza y fluir con ella.  Toda interferencia de pensamientos erráticos desaparece y logramos la experiencia directa.

 

Nuestros actos se vuelven armoniosos y fáciles; nos involucramos sensiblemente con todos los seres vivos y con cada elemento de la naturaleza y del paisaje. Se fortalecen nuestros lazos vitales con todo el medio ambiente.

 

Nuestra conciencia de la naturaleza nos hace amarla intuitivamente, sin titubeos. La respetamos en todas sus manifestaciones y comprendemos que conservar su salud atañe a ella y al corazón de cada uno de nosotros.

 

La naturaleza es siempre inspiradora. Darnos cuenta de esta condición nos permite sentir un gran estallido de júbilo así como una serena alegría o el sentido avasallador de la belleza de la vida. Compartir esta inspiración fortalece y clarifica nuestras propias experiencias profundas y la del poder de la creación manifestado en nosotros mismos.

 

 

Una historia para compartir y reflexionar

DIOS ESTÁ HABLANDO CONTIGO.

(canto Indígena  cherokee- Traducido y adaptado del libro By San Etioy)
                                                                                        

 

 

“ Un  hombre susurró:

- Dios, ¡Habla conmigo!

Y un ruiseñor comenzó a cantar.

Pero el hombre no oyó...

 

Entonces el hombre repitió:

- Dios, ¡Habla conmigo! 

Y el eco de un trueno, se oyó

Mas el hombre fue incapaz de oír...

 

El hombre miró en rededor y dijo:

- Dios, ¡Déjame verte !

Y una estrella brilló en el cielo.

Pero el hombre no la vio...

 

El hombre comenzó a gritar:

- Dios, ¡Muéstrame un milagro!

Y un niño nació.

Más el hombre no sintió el latir de la vida...

 

Entonces el hombre comenzó a llorar y a desesperarse:

- ¡Dios, tócame y déjame saber que estás aquí conmigo!

Y una mariposa se posó suavemente en su hombro.

El hombre espantó la mariposa con la mano

y desilusionado continuó su camino triste, solo y con miedo...”

 

 

 

 

 

Somos apenas una parte diminuta del Universo.

Respetarlo es respetarnos y honrar la Vida.

Conservar la salud de nuestro planeta es una acción que nace desde el corazón de cada uno de nosotros, porque amar es brindarnos sin condiciones, es cuidar, es comprender, es sintonía.

No amamos con las ideas sino con el corazón.

 

Lic. Mónica Shocron

Directora del Proyecto Educativo “Semillas para la Vida”

Miembro de la Red de Educadores para la Paz

semillasparalavida@hotmail.com

 

 

Ilustrações: Silvana Santos