Estamos sendo lembrados de que somos tão vulneráveis que, se cortarem nosso ar por alguns minutos, a gente morre. - Ailton Krenak
ISSN 1678-0701 · Volume XXI, Número 86 · Março-Maio/2024
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Educação
29/05/2004 (Nº 9) Experimentar el aliento de vida
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Semillas para la Vida

Educación desde la Esencia

 

“ Experimentar el  aliento de vida “

 

Cerremos los ojos un instante; respiremos muy lentamente, profundamente. Entremos en un  espacio de silencio para peregrinar por nuestro interior.

Se expanden nuestros sentidos, trascienden nuestro horizonte cercano y

allá vamos con ellos, hacia donde nos lleven,

a descubrir rincones ocultos de nuestro cotidiano.

Somos más allá de la piel; los sonidos ondulan por nuestras células;

los aromas nos acarician el alma y nuestro cuerpo siente la presencia de los otros seres.

Todos los colores del Universo colman nuestros espacios invisibles

y nos llenan de luz.

Nuestra alma crece libre, sin fronteras; nuestra conciencia se extiende más y más,

hasta experimentar el holograma del Universo y el gran misterio de la Vida.

 

Desde el origen de la humanidad el aire ha formado parte de mitos, arquetipos y leyendas que la memoria colectiva ha ido guardando a lo largo de los tiempos. Desde el Principio tuvo un carácter sutil y espiritual.

Para la cultura occidental, el aire es uno de los cuatro elementos de la vida; es parte de un mundo mágico e intangible, al igual que el mundo de la mente y del inconsciente colectivo por el que circulan las creencias de generación en generación. Está presente cuando respiramos, jadeamos, tosemos, soplamos. Es eterno e inagotable.

Comunica la tierra  con el cielo; puede ser la brisa que nos acaricia o la fuerza enloquecida que destruye lo que encuentra a su paso. Es móvil, es cambiante, es moldeable.

Es el soplo divino de Jehovah; el prana divino de Brahma; el alimento intangible que nutre. Impregna el espíritu de todas las cosas y los seres que habitan esta Tierra.

Desde el Principio, ha sido vehículo de todas las esencias y los aromas; de las palabras, los sonidos y las melodías del alma; de las semillas, del polen y las bacterias que generan más vida a su alrededor.

Nuestra más fina sensibilidad es capaz de captar la presencia de otro ser porque el aire a nuestro alrededor se transforma, se desplaza, se calienta.

Cuando respiramos, sentimos cosquillas húmedas y frescas en la nariz; la energía se renueva; los pensamientos y emociones se aquietan; hasta alcanzamos estados de contemplación que nos conectan de un modo diferente con el Universo.

El aire que nos transita por dentro nos hace sensibles a su naturaleza originaria y a sus bendiciones y cuando se intoxica, también nos perturba.

 

La respiración es una experiencia única e infinita.

Es ritmo, vida y comunión.

Dar y recibir marca el compás; damos al exhalar; recibimos al inhalar. Los ciclos son continuos e inagotables; es un diálogo con el Universo y con los demás; cuando los ritmos se sincronizan nos reconocemos en la UNIDAD.

Respirar es un juego rítmico y pendular entre el vacío y la plenitud; a veces llega al exceso y otras, hasta el defecto. Hagamos algunas reflexiones y analogías sobre el vacío y la plenitud; el exceso y la deficiencia:

*Tenemos en nuestras manos un vaso; lo llenamos con agua hasta el límite.  Agregamos un poco más de agua, otro poco, otro poco más …

*Regamos la tierra en la que está creciendo una nueva planta. El agua comienza a flotar en la superficie; continuamos regando en el mismo lugar …

*Comenzamos a correr a toda velocidad; sostenemos el ritmo más allá del límite de nuestras fuerzas…

*Pedimos que nos den, y pedimos más y más, no dejamos de pedir pero no damos …

*La tierra donde crece una nueva planta está bastante húmeda; los días pasan pero no regamos; la tierra va perdiendo su humedad; siguen pasando los días  y no echamos ni una gota de agua: la tierra se quiebra de tanta sequedad…

*Hemos recibido una gran cantidad de dinero; comenzamos a gastarlo en pequeñas cosas necesarias para todos los días; seguimos por cosas más allá de nuestras necesidades… hasta que nuestras manos están vacías…

Entre la plenitud y el exceso el límite es apenas un punto diminuto;

traspasarlo puede llegar a ser una catástrofe.

Lo mismo ocurre entre el vacío y la deficiencia.

Sólo con una conciencia despierta es posible el balance armonioso.

El vaivén entre el vacío y la plenitud marca el ritmo de la vida. El perfecto equilibrio no es la quietud absoluta sino el movimiento continuo entre los extremos y la búsqueda constante del centro. Respiración y Universo pulsan analógicamente.

La respiración tiene el sentido de lo simple y de lo trascendente.

 

La experiencia de respirar conscientemente

La respiración consciente es una experiencia física, mental y espiritual.

Es física porque conecta exhalación e inhalación, con un ritmo relajado y ciclos de respiración plena, fluida y sin esfuerzo.

Postura: Sentados en una silla con el cuerpo relajado, columna vertebral alineada, teniendo como apoyo los isquiones (podemos percibirlos en la parte inferior de los glúteos)

Observación inicial: demos una mirada atenta a nuestro estado general,

las tensiones, pensamientos, emociones.

Respiración: Respiremos contando los tiempos mentalmente, por ejemplo, hasta 6 al inhalar, y 6, al exhalar. Sostengamos este ritmo por lo menos quince minutos, respiremos por la nariz. Transitemos la experiencia atentamente, con toda la conciencia puesta en ella.

Observación final: al terminar, escaneamos nuestro cuerpo, observemos minuciosamente músculos, apoyos, posturas, emociones, sensaciones, pensamientos, el estado general.

 

Los ciclos circulares de respiración movilizan energía a través de todo el cuerpo, liberan bloqueos; si es profunda, pausada y completa facilita la conexión entre la materia (el cuerpo) y el espíritu (nuestra Esencia).

Es espiritual porque la respiración consciente lleva a la fusión entre materia y espíritu, a través de una corriente dinámica de energía que es generada durante la práctica; de este modo experimentamos el sentido de la UNIDAD.

Es mental  porque la respiración se vincula con el sistema de creencias o estructuras de pensamientos, al permitirnos desbloquear la interrupción de energía producida por la represión que hace nuestra mente de las experiencias traumáticas.

El intelecto limita el conocimiento. La mente racional sólo accede al conocimiento de la realidad a través del pensamiento lineal; conoce desde un único punto de vista.

Utiliza una “representación del mundo” basada en una estructura mental construida a partir de experiencias pasadas. No está capacitada para conocer la realidad desde todos los ángulos posibles ni desde una visión holográfica (propio de la intuición).

Crea la realidad en función de contenidos pasados, sin considerar si éstos son los más adecuados. La realidad pasa a ser una mera interpretación; los budistas la llaman “ilusión” y los hindúes, “maya”. Está sujeta a los vaivenes de los recuerdos y de las emociones, que actúan como filtros de la información y pueden distorsionarla.

Su lectura puede ser optimista o pesimista según la actitud personal; en Occidente, la tendencia es esta última. Algunas prácticas de respiración consciente ayudan a comprender esta limitación y transformar la actitud pesimista en optimista, desde una lectura consciente de la realidad.

 

Respiración como terapia mental

Toda situación no aceptada plenamente produce dolor; la mente lo bloquea desactivando la comunicación con el cuerpo. Para esto, limita la circulación de energía generando “corazas”, restringiendo el aporte de aire inspirado e inhibiendo la respiración.

Cada vez que la mente margina o desprecia una vivencia, el sistema respiratorio se inhibe (constricción de la laringe, inflamación de bronquios, tensiones musculares en pecho y espalda, contracturas en el torso que dificultan la expansión de la caja torácica). El rechazo y la no-aceptación producen tensiones musculares que bloquean el flujo de la energía.

Hacer para comprender

Relajemos el cuerpo y permanezcamos en quietud durante un tiempo prolongado, observándonos conscientemente.

Pasados unos minutos detectaremos fácilmente tensiones o bloqueos.

Iniciamos luego la práctica de respiración consciente.

A medida que nuestra atención sostenida y serena se ocupe de las sensaciones físicas los rechazos que habían generado tensiones y bloqueos comenzarán a ceder

 y las emociones que estaban inhibidas “saldrán a la luz”.

Al mantener el estado de calma profunda ante cualquier tipo de enfrentamiento mental y fisiológico contra las emociones reprimidas, éstas irán desapareciendo poco a poco.

 

En el proceso de integración, es necesario mantener en todo momento, una relajación profunda y plena conciencia en la respiración para que la energía bloqueada se libere y comience a circular nuevamente. A través de la conciencia espiritual podremos observar conscientemente todo lo que siente nuestro cuerpo, las imágenes y pensamientos que aparecen en nuestra mente y las emociones acompañan nuestra práctica.

Una respiración rápida y corta sólo permite percepciones ligeras y superficiales. Una respiración profunda, silenciosa, continua y libre facilita la percepción de sensaciones corporales, emociones, pensamientos e imágenes mentales creadas o recordadas, sólo observando sin juzgar, sin analizar ni evaluar.

*La respiración consciente amplía, depura y afina nuestros niveles de percepción; nos sintoniza con nuestro entorno; nos mantiene en armonía;

es un camino hacia la meditación y la expansión de la conciencia.

 

*Con la respiración consciente superamos las limitaciones de nuestra intelectualidad y tenemos fácil acceso al sistema de creencias

que sostiene nuestras actitudes frente a la vida.

 

*La respiración consciente es un puente entre lo tangible y lo intangible;

entre el cuerpo y el espíritu.

 

*La respiración consciente facilita los procesos de transformación profunda porque entramos en comunión con todo el Universo, con todas las manifestaciones de vida,

las visibles y las no-visibles;

 las del mundo material y las de los mundos sutiles.

 

*En comunión comprendemos desde la esencia.

En comunión experimentamos lo Infinito y lo Eterno.

En comunión percibimos el sentido Trascendente de la Totalidad.

 

Lic. Mónica Shocron

semillasparalavida@hotmail.com

Ilustrações: Silvana Santos