Estamos sendo lembrados de que somos tão vulneráveis que, se cortarem nosso ar por alguns minutos, a gente morre. - Ailton Krenak
ISSN 1678-0701 · Volume XXI, Número 86 · Março-Maio/2024
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Educação
04/04/2021 (Nº 47) “SIMPLEMENTE… LA VIDA”
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“Simplemente… la Vida”

~Mandala: “El Poder de la Luz” (E.M.S.B.) ~

 

Somos seres capaces de expresarnos con sencillez…

aunque con una mente compleja.

 

¿A qué llamamos simpleza?

 

Simpleza es la cualidad de ser simple. Es el camino más corto hacia nuestras metas.

 

La Simpleza nos ayuda a fluir y sentirnos libres, porque… lo simple nos da alas!!!, despertando en nosotr@s una sensación de liviandad que se apodera de nuestro ser, que nos ayuda a crear y deslizarnos por la vida, alcanzando nuestras metas con mayor facilidad.

 

¿Qué es lo simple?

Simple, es una flor que es flor, un pájaro que es pájaro… el viento que es viento… una gota de agua que es agua… y cualquier ser humano que simplemente ES.

 

Simple es deleitarnos con una mirada, con un sonido agradable y armonioso, con el canto de un pájaro, con un aroma gustoso… con la tibieza de una caricia del corazón.

Complicado es –por ejemplo- llenarnos de palabras superfluas cuando apenas algunas bastan para expresarnos, para comunicarnos; es buscar otros caminos cuando el que estamos transitando nos lleva directo a la meta; es modificar y enredar una actividad sencilla cuando la estamos disfrutando y todo fluye…

 

Y podríamos seguir con ejemplos cotidianos de lo simple y lo complicado.

 

Algunas preguntas llegan a mi mente… y las comparto:

*¿Por qué tendremos ese hábito de complicar lo simple?

*¿Qué es lo que nos impulsa a dar vueltas y vueltas frente a lo sencillo de la vida?  

*¿Es la vida sencilla o complicada?

*¿Es lo mismo “complejo” que “complicado”?

 

Frente a estas incógnitas, mi ser busca respuestas, observa, se pregunta, hace silencio para poder escuchar… Y luego, comparte, para re-encontrar la inspiración que me guiará mi camino.

 

Simpleza y complejidad  ¿opuestas o complementarias?

Si observamos la vida, encontraremos un poco de cada una de ellas, como las partes integradas del símbolo del “Yin/Yang”, en el que cada una contiene algo de la otra.

 

La vida es sencilla, aún en su propia complejidad; es simple y compleja a la vez. Simpleza y complejidad co-existen, siendo una el reflejo de la otra; son inseparables, tal como lo dice la teoría del caos (1).  La Vida es una invitación a danzar con la simplicidad y la complejidad, porque el espíritu de lo simple está presente en lo complejo como expresión del movimiento perpetuo de la vida.

 

(1)  La Teoría del caos  nos habla de ciertos tipos de sistemas dinámicos, con muy alta sensibilidad a las variaciones de las condiciones originales, en los que pequeños cambios en ellas,  pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro… lo que impide predicciones a largo plazo, aún en aquellos sistemas en los cuales los comportamientos puedan ser perfectamente determinados, conociendo las condiciones iniciales, como ocurriría  –por ejemplo- en los campos de la matemática y la física.

 

Cuando todo parece complicarse, el orden de lo simple se hace presente y cuando todo pareciera volverse simple… zas!!!, se complica. Esto sucede así porque la simplicidad y la complejidad están presentes en las interacciones entre ambas y en nuestras interacciones con ellas.

 

Entonces, podemos decir que estamos frente a una paradoja, esa expresión sencilla que despierta resonancias complejas en nuestra cabeza, impulsándonos a sacar a la luz lo simple que está oculto tras lo complejo y a trascender los opuestos,  encontrando la expresión simbólica del Yin/Yang en todo lo que nos rodea, descubriendo lo simple en la complejidad y lo complejo, en la simpleza.

Esto parece un juego de palabras, un juego de la mente… pero a fin de cuentas, pone en movimiento a nuestro ser en su camino hacia la perfección y la trascendencia.

 

Albert Einstein decía “Todo debería hacerse tan simple como sea posible, pero no más de lo que es” y Eduardo Galeano, "Uno siente primero que el trabajo intelectual consiste en hacer complejo lo simple, y después, uno descubre que el trabajo intelectual consiste en hacer simple lo complejo. "

Ambas reflexiones me parecen interesantes e inspiradoras. Son una invitación a encontrar el sendero del medio, para integrar en lugar de dividir y descubrir gotas de sabiduría en estos “aprendizajes de 24 horas”, que van diseñando el  camino hacia la vida plena.

 

Aprendemos observando, sintiendo, escuchando, percibiendo y  comunicándonos libres de cualquier interferencia… Sencillamente, aprendemos dejándonos “SER”

 

El universo tiene modos simples de organizarse a sí mismo; pasa del caos al cosmos y viceversa. La vida fluye con facilidad, rítmica y acompasadamente. Todo funciona a la perfección; los ciclos se suceden unos a otros, pasando de lo simple a lo complejo, de lo complejo a lo simple… Sólo que a veces, nuestra mente crea enredos tratando de explicar estos procesos.

 

El universo, permanentemente, va poniendo ejemplos a nuestro alcance; los descubre ante nuestros sentidos y nos brinda oportunidades únicas de aprendizaje. Para comprenderlo, necesitamos sintonizarnos con él, con su lenguaje, con sus códigos… Pero a veces, estamos distraíd@s, nuestra mente divaga, nos  lleva por laberintos que confunden nuestro itinerario y nuestro recorrido se vuelve largo y trabajoso.

 

¿Cuántas veces damos vueltas y más vueltas, yendo y viniendo por los rincones de la mente,  partiendo en pedacitos una realidad que a simple vista, es clara?

 

¿Cuántas veces, con el afán de explicar todo y pasarlo por el campo de la razón, desmenuzamos incomprensiblemente la realidad, convirtiéndola en un sinfín de piezas sueltas, que -como partes de un rompecabezas- esperan ser reorganizadas y devueltas a su forma originaria, para recuperar el aspecto de un todo perfecto y armonioso?

 

La Naturaleza puede enseñarnos más acerca de la Simplicidad y la Complejidad a través de los fractales. Y… ¿qué son los fractales?

Son modelos que existen en la naturaleza, que se repiten, que son recurrentes.  Son diseños infinitamente complejos en los que se vinculan lo caótico, lo matemático y la estética.

Podemos observarlos en las flores, los frutos, las hojas de un helecho, el interior de un caracol, la luminosidad de las olas en contacto con la luz ambiental, en un fuego danzante, en los axones y dendritas, en el cerebro… 

 

 

Lo realmente sorprendente, es que su minuciosa complejidad se genera a partir de una regla matemática simple, que inicia un proceso de reproducción, dando lugar a formas, con infinitas variaciones y extraordinaria belleza.

 

Los fractales de la naturaleza tienen identidad propia, espontaneidad, profundidad y misterio. Y aunque también podemos crear hermosos fractales

 


 

en la computadora…  la magia, lo que asombra nuestros ojos tocando el corazón,  lo tenemos a nuestro alcance simplemente, observando la naturaleza.

 

Siguiendo la paradoja de la simplicidad/complejidad…

También en el laboratorio podemos encontrar muestras de ella.

Por ejemplo, en el caso de algunos metales que, con una apariencia externa de orden, tienen un comportamiento interno caótico…

 

También, en el campo social, donde podemos observar que la sociedad humana es una forma de convivencia relativamente simple, pero que emerge de la complejidad de múltiples interacciones y aportes de cada uno de sus miembros. Incluso, muchas veces, se crea un orden que en algún momento se ve irrumpido por el caos, como un paso previo hacia una importante transformación de la sociedad.

 

Esto es apenas un comienzo, una chispa de inspiración para seguir buscando, descubriendo, encontrando más ejemplos que nos ayuden en nuestra transformación personal, que nos guíen para afianzar día a día, nuestra capacidad de vivir con simplicidad.

 

Y, como lo simple nos da la oportunidad de gozar la plenitud, qué mejor que apelar a nuestra simpleza para vibrar con la vida en su más sublime expresión.

 

 

Lic. Esther Mónica Shocron Benmuyal ~ Embajadora de Paz ~ 
“Semillas para la Vida” ~  Embajada de Paz ~

Distinciones otorgadas por Mil Milenios de Paz y Fundación Paz, Ecología y Arte

 

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Ilustrações: Silvana Santos