Estamos sendo lembrados de que somos tão vulneráveis que, se cortarem nosso ar por alguns minutos, a gente morre. - Ailton Krenak
ISSN 1678-0701 · Volume XXI, Número 86 · Março-Maio/2024
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Educação
04/06/2012 (Nº 40) “Cuerpo Humano-Cuerpo Planetario”
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“A la Luz de la Vida”

“Cuerpo Humano-Cuerpo Planetario”

 

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Despleguemos nuestra espiritualidad cotidiana…

 

Nuestro cuerpo es Inteligente…

 

Según muchas culturas ancestrales de todo el planeta, nuestro cuerpo piensa y siente; nuestras células son inteligentes; están conectadas con la gran matriz de la vida.

 

Los ancestros solían hablarle al cuerpo, a los órganos, a las heridas, tal como lo hacían con los demás seres; percibían la importancia de sostener una comunicación basada en la comunión… y así, recuperaban la sintonía con la matriz global, restableciendo el equilibrio y la armonía del cuerpo y de la mente con el espíritu.

 

En esos procesos de sanación, el canto, la danza, la oración, el círculo afectivo y la presencia plena de cada ser del grupo intervenían para lograr esa reconexión vital.

 

La sabiduría ancestral de los Incas, por ejemplo, sostenía que en la vida todo era reciprocidad; que una persona enfermaba cuando tenía actitudes egoístas que impedían el fluir de la energía sutil; por eso pedían a la parte del cuerpo que estaba bloqueando esa energía que se sintonizara con la Madre Tierra para producir la reorganización del flujo energético en armonía con todo.

Muchas veces la ciencia ha tomado esto con cierta suspicacia… tal vez, con alguna sonrisa descreída… Pero no podemos negar que las células nos han superado en inteligencia durante millones de años.

 

La sabiduría de nuestro cuerpo se transforma en una puerta de acceso a dimensiones de la vida aparentemente invisibles… pero que se dejan ver a la luz de la Conciencia cuando aprendemos a percibir y entrar en comunión con él.

 

Aproximadamente en la década de los ’80, investigadores médicos descubrieron indicios de la inteligencia del sistema inmune, luego, del aparato digestivo… y más allá en el tiempo, se fue extendiendo a otros órganos y sistemas.

 

Nuestro corazón tiene una inteligencia propia; es un órgano sensorial y un sofisticado centro para recibir y procesar información; está habilitado para aprender, recordar y tomar decisiones funcionales independientemente de la corteza cerebral. A través de un extenso campo electro-magnético, el corazón interactúa con el resto del cuerpo y el cerebro y este campo puede ser detectado –incluso- a gran distancia, por magnetómetros de alta sensibilidad.

 

 

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Nuestro cuerpo y el cuerpo planetario ¿se reflejan mutuamente?

Tal como lo cita Maimónides “Los cuatro elementos, que son el fuego, el aire, el agua y la tierra, son los fundamentos de todos lo seres creados que se hallan debajo del firmamento. Todos los seres existentes, el hombre, los animales, las aves, los reptiles y los peces, así como los vegetales, los minerales, las joyas y perlas, y el resto de los materiales de construcción como también los montes y las parcelas. Todo lo existente está formado de materia compuesta de estos cuatro elementos. Resulta, que todos los entes, que se hallan debajo del firmamento, fuera de estos cuatro elementos, se componen de materia y forma. Siendo la materia de ellos un compuesto de estos cuatro elementos, no obstante cada uno de estos elementos no está formado sino de materia y forma...”.

En el ser humano, los 4 elementos están presentes: la cabeza se corresponde con el fuego; el estómago y las extremidades con el agua y el pecho con el aire (es el que marca el equilibrio).

Otro componente es la “luz”. Los sabios cabalistas la identifican con la forma y consideran que la luz necesita de la forma y se manifiesta a través de ella.

Ocurre lo mismo con nuestro cuerpo físico que está habitado por el espíritu (el espíritu es Luz). El cuerpo es el instrumento a través del cual se expresa la esencia. La luz representa la profundidad, la interioridad y el cuerpo físico, alude al contenedor, a lo superficial y es la luz –es decir, la esencia- la que guía al cuerpo que la contiene y, cuando la luz logra prevalecer sobre el cuerpo, se revela, se expande, se hace visible plenamente y se manifiesta ante el mundo externo. El resplandor está directamente vinculado a la luz –protegida y cubierta- y logra romper las barreras para trascender el espacio que la contiene, produciéndose la expansión de la luz.

Cuando sentimos alegría nuestra esencia luminosa se expande y todo nuestro cuerpo funciona maravillosamente… Latidos y respiración se acompasan creando una danza vital e infinita que nos abraza e inspira, produciendo un resplandor a nuestro alrededor que impregna todo lo que encuentra en su camino. Esta expansión genera un campo energético que atrae energías en sintonía, manifestando… ¿el Cielo en la Tierra?

Esta energía que emanamos se proyecta en actitudes, pensamientos, sentimientos… y en la conciencia. Brindamos un cuidado especial a nuestro entorno, al medio en el cual vivimos. Es una actitud que nace en el corazón y desde allí inspira y despliega acciones conscientes que sostienen amorosamente hasta la mínima expresión de vida.

En cambio, cuando nos enojamos, o acumulamos ira, cuando tenemos miedos… perdemos esa perspectiva; nuestra actitud cambia y afecta a nuestro medio, proyectándose más allá y dejando sus huellas en el modo de cuidar a nuestro planeta, generando en el cuerpo planetario, reflejos de nuestros estados internos, acciones, actitudes, emociones y sentimientos.

Cuando el cuerpo planetario pierde su equilibrio, también nos afecta. Se produce una sintonía mutua que nos hermana con él y –entonces- nuestro cuerpo lo refleja, porque cuando el cuerpo de Gaia se transforma nuestro cuerpo también lo hace.

Energía – Universo - Planeta - Cuerpo Humano. Todo es energía; el Universo, la Madre Tierra, nuestro cuerpo físico, los cuerpos más sutiles y todas las manifestaciones corpóreas y no corpóreas de la vida. Las energías vibran en frecuencias varias y cuando alcanzan mayor densidad conforman lo que conocemos como materia.

En los seres humanos todas las energías permanecen vinculadas entre sí, entramadas con la gran matriz global. Los chakras son puertas que permiten el flujo de energías entre el cuerpo físico y los cuerpos más sutiles; podríamos decir que son conectores de energías, canales, que para sustentar la matriz vital necesitan estar “limpios” y bien calibrados dentro del contexto global, de acuerdo con su función específica.

 

Pero… ¿a qué llamamos “chakras”?

 

 

La palabra chakra” en sí, significa rueda y es un vocablo que viene del sánscrito; pero podemos decir, que los “chakras” son centros de energía o vórtices  y están en continuo  movimiento, alineados con distintas partes de nuestro cuerpo físico, aunque se localizan en el cuerpo etérico. 

 

Siete chakras centrales: Se conocen siete chakras centrales (siguen el recorrido de la columna vertebral), de los cuales seis, están estrechamente vinculados con varias partes de nuestro cuerpo físico, procurando sostener su vitalidad en todo momento.

 

Los chakras se vinculan con nuestras glándulas endocrinas. Cada uno vibra permanentemente, emanando información codificada hacia nuestras células y hacia nuestros cuerpos sutiles.

 

Su función es revitalizar nuestro cuerpo físico y guiarnos en el camino de nuestra evolución espiritual. Están distribuidos en partes específicas de nuestro cuerpo y tienen un propósito determinado asociado a lo que podríamos llamar una “fisiología sutil“.

 

Todos los chakras son importantes y necesarios para que transitemos nuestras experiencias planetarias y logremos nuestra evolución espiritual.

 

Chakras Menores: En nuestro cuerpo físico también existe un centenar de puntos de energía o chakras menores, de los cuales los más importantes están en manos y pies.

 

¿Cómo funcionan los  chakras? Estos vórtices se expanden por el campo magnético que rodea al cuerpo físico, compuesto por capas de energía que vibran en octavas más elevadas cada vez. Cada chakra tiene un aspecto dual (una parte frontal y otra posterior) excepto el primero y el séptimo; todos están vinculados a través de un canal energético que sigue el recorrido de la espina dorsal.

 

Funciones principales:

1)      Sustentar permanentemente la vitalidad de cada cuerpo energético y con esto, el cuerpo físico

2)      Desarrollar distintos aspectos de la conciencia a través de la función psicológica específica que le corresponda a cada uno

3)      Sustentar la fluidez de energía entre las diferentes capas que existen en octavas de frecuencia siempre crecientes.

Los chakras metabolizan energías y traen información del mundo que nos rodea; en actividad están abiertos y giran en espiral, siguiendo el sentido de las agujas del reloj; pero cuando lo hacen en sentido contrario, se cierran, la energía fluye del centro hacia afuera, se manifiesta un bloqueo energético y la información no llega.

Los chakras nos proporcionan información y conocimientos y al aprender de ellos, profundizamos nuestro camino de autoconocimiento, expandiendo nuestra conciencia y desarrollando nuestra espiritualidad.

 

Los colores del arcoiris están presentes en los chakras. Cada chakra tiene un color y su secuencia en el cuerpo (en el sentido de abajo hacia arriba) es la misma del arcoiris: rojo  naranja  amarillo  verde/rosa  azul  índigo  violeta/blanco

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Podemos usar nuestros chakras para vincularnos con nuestra vitalidad, aprendiendo a abrirlos, limpiarlos, recuperando y sosteniendo su vibración. Los chakras afectan nuestra vida en todos sus ámbitos, internos y externos; la salud está vinculada con estos vórtices de energía, pues los chakras sostienen nuestro balance vital, emocional y mental. Para activarlos y sostener la frecuencia específica de cada uno, podemos realizar prácticas físicos como movimientos corporales, ejercicios de respiración consciente, cánticos, mantras, visualizaciones de sus colores…

 

Algo más para considerar…

 

1er Chakra 1 Raíz: 

Localización: en la base de la espina dorsal

Se asocia con: la supervivencia, cuerpo, nuestro manejo de él, la salud, sentido de la seguridad,  poder económico, fuerza de la gravedad 

Elemento: Tierra 

Color: rojo

Piedras: rubí, coral rojo

Sentido: el olfato

Símbolo: el cuadrado 

Nota musical: RE

Sonido: LAM

Chakra 2 Sacro

Localización: en el bajo abdomen

Se asocia con: las emociones, la sexualidad, la pasión, el placer, amor físico, dar y recibir; deseo e imaginación; atracción de opuestos;  magnetismo

Elemento: Agua 

Color: naranja 

Piedras: ámbar y coral

Sentido: el gusto 

Símbolo: la pirámide 

Nota musical: MI 

Sonido: VAM

Chakra 3 Plexo Solar
Localización: plexo solar

Se asocia con: poder personal, fuerza de voluntad, sentido de la transformación, sentido de la autoridad, disciplina, auto control, el Ego

Elemento: Fuego 

Color: amarillo 

Piedras: ámbar y oro 

Sentido: la vista 

Símbolo: el círculo 

Nota musical: FA# 

Sonido: RAM

Chakra 4 Corazón

Localización: centro del pecho

Se asocia con: amor (Universal, la sanación), compasión, empatía, perdón, amor hacia el universo. Desde este centro irradiamos armonía y balance

Elemento: Aire 

Color: verde (el color de la sanación) o rosa (amor universal) 

Piedra: Esmeralda

Sentido: el tacto 

Símbolo: la cruz 

Nota musical: LA 

Sonido: YAM

Chakra 5 Garganta

Localización: área de la garganta

Se asocia con: comunicación y creatividad; el poder de la comunicación; la honestidad, amabilidad, conocimiento y sabiduría

Elemento: el Sonido/ éter 

Color: azul 

Piedra: turquesa y topacio 

Sentido: auditivo 

Símbolo: el cáliz 

Nota musical: SI 

Sonido: HAM

Chakra 6 Tercer Ojo
Localización: centro de la frente, justo por encima de los ojos

Se asocia con: la clarividencia, “El Tercer Ojo,” la intuición, imaginación y percepción más allá del mundo físico, revelaciones

Elemento: la Luz 

Color: índigo 

Piedra: Lapislázuli  zafiro  

Sentido: el “sexto” sentido 

Símbolo: la Estrella de David 

Nota musical:      

Sonido

Chakra 7 Corona

Localización: coronilla, en nuestra cabeza

Se asocia con: el conocimiento, la comprensión, todo lo relacionado con la mente y el espíritu: la iluminación;  nuestra unión con el Universo, la voluntad, la inspiración, la sabiduría Divina; está íntimamente relacionado con la conciencia y el Ser Superior

Elemento: el pensamiento

Color: violeta 

Piedras: amatista, diamante, cuarzo de cristal, cristal de roca 

Sentido: UNO/ UNIDAD 

Nota musical: 

Sonido:

 

Nuestros chakras  y los chakras  de la Tierra. Nuestro planeta es un ser vivo, con voluntad evolutiva, con su propia creatividad; es un laboratorio de la vida en el cual podemos experimentar y encontrar soluciones para sostener nuestra matriz global, que es también la de la Madre Tierra.

 

Pero… ¿todos sentimos que es un ser vivo? ¿Estamos incluidos en su visión como parte importante de su matriz vital? ¿Puede la Madre Tierra confiar en nosotros? ¿Cómo nos respondemos a estas preguntas?

 

En primer lugar, nuestra confianza y nuestra entrega se transforman en la base para que iniciemos una comunicación sustentada en la comunión, lo que hace posible que la Tierra pueda confiar en nosotros y nosotros, en ella.

La Tierra es una Gran Madre, desprovista de miedos, que nos va mostrando el camino paso a paso, que puede guiarnos para develar los misterios de la vida… porque ella -en realidad- no tiene secretos, sólo tenemos que armonizar nuestro propósito individual con su voluntad y abrir el corazón para escuchar su voz. Cuando la confianza sea mutua y entremos en comunión profunda con ella, encontraremos una llave de poder que nos revele lo que hasta hoy se presenta ante nuestra conciencia como una múltiple variedad de “misterios”.

La Tierra pasa información a otras especies, incluyéndonos y lo hace porque es parte de su propia naturaleza. Nuestra pregunta es ¿cómo? ¿Cómo darnos cuenta y captar ese fluir de datos? Tal vez sea más simple de lo que imaginamos, porque observando la estructura de la vida planetaria, considerando a todo como un organismo,  podremos darnos cuenta qué mirar, cuándo y dónde escuchar… y así, encontrar respuestas y guía para nuestro recorrido como seres en constante evolución.

 

La transmisión de información se hace a través de la energía… ¿dónde se encuentran las concentraciones energéticas codificadas de las que emana la información? Podríamos responder que en los grandes “chakras” terrestres.

 

¿A qué llamamos “chakras Terrestres”? Diversas ciencias estudian la Tierra desde diferentes puntos de vista. Así, la Geografía nos muestra continentes, océanos, mares, múltiples relieves, ríos, arroyos, lagos, lagunas… La Geología nos cuenta acerca del suelo, su historia, su composición, el sostén de la Tierra, que por analogía con el cuerpo humano, podríamos considerarlo su esqueleto. Ambas ciencias investigan los aspectos concretos, es decir materiales, del cuerpo planetario.

 

Pero más allá de la materia, hay un plano más sutil que se vincula a las energías vitales, en el que cual hablamos de los chakras terrestres, es decir, a los centros o vórtices de energía vinculados a un aspecto más sutil del plantea.

 

Es cuando recordamos que además de ver con nuestros ojos, también podemos -de otro modo- explorar y medir con instrumentos de alta sensibilidad otras manifestaciones de la energía.

 

Cuando hablamos de chakras terrestres nos estamos refiriendo a estructuras energéticas sutiles del cuerpo planetario, a los centros vitales para la salud de nuestra Madre Tierra y de todos los seres que convivimos en ella. Cada uno de los chakras tiene dos funciones básicas: 1) sostener la salud global y 2) transmitir y recibir energía codificada con la información necesaria para sustentar la matriz global de la vida en el planeta.

 

¿Para qué referirnos a ellos? La función de nuestro planeta dentro del Universo es la de generar e innovar permanentemente la vida y -como todo ser vivo- tiene sus centros de energía, sus propios vórtices, sus propios chakras.

 

Conectarnos en este momento, con cada uno de ellos, nos transmite las analogías que existen entre el cuerpo humano y el de otros seres vivos y el cuerpo planetario.

 

Simultáneamente, vamos comprendiendo sus códigos, su lenguaje y nuestra comunicación se profundiza; aprendemos a descifrar sus misterios y encontrar el camino hacia una mejor sintonía con la matriz global que sostiene la vida planetaria.

 

Gracias a esta comunión vamos adquiriendo destreza para acompasar los ritmos vitales planetarios y de este modo, recuperar el equilibrio perdido y nuestra conciencia de responsabilidad, incluyendo el sentido trascendente que tiene nuestra permanencia en este planeta.

 

Gaia y sus chakras en acción…Para poder cumplir sus tareas principales, Gaia necesita mantener a sus chakras en equilibrio, porque es el modo de poder mantener la salud ambiental global y transmitir y recibir la energía codificada que circula en el Universo.

 

Cada Continente posee un chakra principal -excepto la Antártida- y como todos los vórtices de energía, cada uno de ellos tiene su identidad vibratoria y funcional. Su caudal de energía se transmite hacia la atmósfera y hacia el interior del cuerpo planetario, generando un campo energético que influye sobre toda manifestación de vida existente en él. Y esto, nos incluye.

 

Todos los chakras de la Tierra interactúan entre sí y ésta es la clave para sustentar una mejor calidad de vida en todo el planeta.  Además, también se relacionan con los 4 elementos (fuego, aire, agua y tierra), por eso, sus principales dimensiones horizontales se dan sobre la superficie y se conectan directamente con el sol, el aire y el agua y no son subterráneos ni submarinos.

 

En el centro de cada chakra hay un lugar sagrado, desde el cual la energía se expande en forma circular hasta alcanzar una distancia cercana a los 1000 kms., siempre y cuando las condiciones sean afines, en cuyo caso, también se extienden hacia la atmósfera y las entrañas de la Tierra.

 

Tal como ocurre con los chakras en el ser humano, en la Madre Tierra el movimiento de sus vórtices también sigue el sentido de las agujas del reloj, pero cuando lo hace en el sentido contrario, entonces el flujo de la energía se bloquea, y la salud planetaria se quiebra.

 

Veamos dónde están los chakras de GAIA…

 

1er Chakra 1 Raíz / Rojo: 

Localización: Monte Shasta- California –Oregón- Washington hasta la frontera canadiense.

Función: regula la vida universal previa a la integración de las formas de vida individuales y  las especies

Chakra 2 Sacro / Anaranjado

Localización: Isla del Sol en el lago Titicaca- Centro mundial de la creación de nuevas especies y avances en la evolución de las ya existentes.  

Función: gobierna todas las especies

Chakra 3 Plexo Solar / Amarillo

Localización: Norte de Australia- Uluru  y Kata Tjuta

Función: mantener la vitalidad del planeta y de todas las especies
Chakra 4 Corazón / Verde 

Localización: Glastonbury, Somerset, Shaftesbury, Dorset.

Función: Expandir el corazón de la Tierra a su círculo completo  para que el dolor, el sufrimiento, la muerte física desaparezca de la experiencia y la memoria de todas las especies.    

Chakra 5 Garganta-Laringe / Azul 

Localización: Medio Oriente- Es único entre los centro  sagrados planetarios

Función: giratoria- es componente principal de otra estructura vital de la Tierra- los 4 vórtices o ruedas giratorias que regulan las cualidades de los 4 elementos: fuego, aire, agua y tierra. Representa el arte de escuchar la voluntad de la Tierra  -condición necesaria para que el ser humano aprenda a escuchar y respetar la voz de Gaia para armonizarse con el propósito de la vida.

Chakra 6 Tercer Ojo / Índigo

Localización: Es un centro de activación de la Era y es móvil- Actualmente, está unido geográficamente con el chakra del corazón terrestre en Europa Occidente.

Función: este “Tercer Ojo” se mueve una 12va. parte del camino alrededor del planeta, hacia el oeste, en el amanecer de cada Era nueva. (Determinada por una lenta revolución del eje)  - Inmortalidad física es la Palabra de estos tiempos.
Chakra 7 Corona / Violeta

Localización: Kailash, montaña sagrada de los Himalayas-

Función: Es el foco del evento anual desde donde son liberadas las vibraciones para emitir el propósito de la Tierra, su verdadera voluntad     -cosa que hacen los 7 chakras unidos.   

 

Así como nuestros chakras están unidos por canales conectores que permiten el fluir de las energías de cada uno, en nuestro planeta existen canales que cumplen esta misma función, tejiendo una red que sostiene la conexión activa entre todos los centro energéticos del planeta.

 

 

Si midiéramos la vibración de cada vórtice podríamos conocer algo más sobre la esencia vital de nuestra Madre planetaria; podríamos darnos cuenta –por ejemplo-cuándo están abiertos o cuando están cerrados y podríamos elevar la vibración de nuestros vórtices hasta sintonizarnos con la verdadera voluntad de Gaia…

 

La vida es movimiento, es ritmo y es transformación. La vida se expresa renovando continuamente de las formas. Pero la forma es apenas un recipiente donde conservar intacto el contenido y cuando se sostiene inmóvil, termina convirtiéndose en la prisión de la vitalidad.

 

En estos tiempos de expansión y grandes movimientos, de urgencias y de pausas, te invito a recorrer el camino hacia el corazón de Gaia… en silencio, casi en puntitas de pie, escuchando con los oídos del alma la voz de lo Infinito… hasta entrar en una profunda sintonía para que junt@s, recuperemos la matriz de la vida.

 

Esther Mónica Shocron Benmuyal

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Ilustrações: Silvana Santos